Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Intermezzo 4: Dos Perros Y Un Hueso

(Se me concedió volver...y ya volví de donde andaba. Oremus pues, ya que vengo más filoso que de costumbre. Tanto, que me parece que el dolor de muelas de la yunta presidencial se les va a recrudecer. Lo bueno es que a pesar de mi paréntesis metafísico [andaba instalando y activando una caja negra en un país del viejo mundo], el mundo sigue girando ininterrumpidamente. Lo malo es que mi no-anunciada ausencia de seguro aceleró el ritmo cardiaco de mis escasos pero fieles lectores, aunque sus noches de insomnio habrán terminado al saber la buena nueva de mi regreso. El prometido artículo sobre el Dalai Lana (¿o se dirá Lama, tú?) tendrá que esperar unos días más, pues el apretón-susto que le dio la alterada chusma a Prozac Fox en Ciudad Juárez, en la tercera semana de octubre, es tema que requiere discusión inmediata. Es decir, ipso facto. No vaya a ser que se me olvide el asunto y mi preciosa opinión al respecto se pierda en las cenizas de los tiempos y el olvido.)

Los judíos mexicanos de castañuela y pandereta que ostentan el poder (del partido político que sean, pues son los mismos) se creen casta divina. Intocables, pues. Sin embargo, el presidente Fox y su vieja, la maligna bruja de Los Pinoles, viven actualmente rodeados del aparato de seguridad militar más grande que jamás presidente alguno haya utilizado (al fin que nosotros pagamos). Hhmmm, hasta los poderosos le temen a la muerte, sobre todo cuando es violenta, ¿eh?

Pero ¿a quién le temerá Fox?, cavilarán algunos. ¿Por qué el dizque hombre más poderoso de México vive asustado como ratón y rodeado día y noche de matones militares? Ah, pues porque el Primer Uñas-largas del país teme al mismo pueblo que saquea desvergonzadamente sin que nadie ponga freno a sus fechorías. Por eso la yunta presidencial y miembros de su gabinete traen siempre cara de estreñidos, pues las ricas viandas y vinos a los que son adictos a cuenta nuestra (faltaba más) les saben amargos, con sabor a la sangre de los ciudadanos mexicanos que a diario explotan, roban y asesinan desde Presidencia.

El miedo al populacho también demuestra que Marta-y-Fox no son tan divinos como imaginaban, que de cara al peligro no son diferentes en nada a cualquier otra persona. Oh, sorpresa: Son seres de carne y hueso. Precisamente viven con el terror a la justicia popular porque son iguales a los delincuentes que atestan las cárceles. Desgraciadamente, no todos los criminales están tras las rejas y el presidente y su repelente mujer son prueba de ello. Es más, no me extrañaría que cuando Marta-y-Fox dejen el poder, huyan a Espanha cargados de sacos de oro como tradicionalmente hacen los presidentes judíos mexicanos al término de sus sexenios, dando así tiempo para que sus víctimas olviden sus trapacerías y genocidios.

Lo negativo para la parejita presidencial y pandilla de criminales que los acompañan (léase Clero, Congreso y Corte Suprema), es que han ofendido enormemente a dioses y hombres por igual. Han conspirado para arrasar irrespetuosa y perversamente con los pocos vestigios de historia y religión que los mexicanos no-ladinos teníamos, al grado de instalar viles mercados junto a las pirámides en Teotihuacán, como judíos explotadores de raza que son. A ver si no les pasa lo que a Calígula, el genocida emperador romano, quien al día siguiente de patear literalmente las imágenes de los dioses, su propia guardia personal lo apuñaló. (Igual de mal les fue a los Talibán cuando destrozaron a cañonazos las imágenes budistas en Afganistán y se les vino el mundo encima, pues eso de ofender a los dioses destruyendo iconos populares no les acarrea nada bueno a los osados.)

Por eso -y por muchas otras cosas más-, el ponzoñoso gachupín Mariquita Fox sufrió en pellejo propio una muestra del hartazgo que consume al pueblo cuando un grupo de trabajadores (no más de 30) del ISSSTE le hicieron un hilarante panchito en Ciudad Juárez por el asunto de las pensiones saqueadas, sacudiéndole fuerte su carroza motorizada y gritándole en su cara al bandido su precio. Ni todos sus guardaespaldas militares pudieron evitar el incidente, lo más que pudieron hacer fue huir despavoridos con su protegido a rastras.

(Por cierto, las cámaras de televisión mostraron a los "invencibles" militares mexicanos del estado mayor, disfrazados de civiles, corriendo espantados al ser perseguidos por el populacho, su verdadero patrón. La cagoteada que le ha de haber puesto el Chango Verde Mayor, el generalete Vega, a Azcarraga-3 por la exhibida. ¿Pos no que muy matones, amenazadores y mentadores de madre los changos verdes? Allí demostraron los militares mexicanos que son hocicones y retadores únicamente cuando andan en bola y armados hasta los dientes, pero que frente al pueblo enfurecido son tan culones como cualquiera. Escudados en el uniforme militar abusan del pueblo que les paga sueldos y pensiones, pero cuando la muchedumbre se cansa de ser humillada balconea en toda su cobardía a los perros falderos del presidente. Juar, juar, juar.)

Sucede que los trabajadores mexicanos están hartos de que los gachupines-mexicanos en el poder se estén robando los fondos de pensiones, algo que ni los más desalmados rateros no-ladinos se atreverían a hacer por simple vergüenza. (Para esos desgraciados el barrigón arzobispo Norberto Rivera y demás charros negros exigen a los asistentes a misa no-ladinos que pidan bendiciones al Cielo.) ¿Por qué no se roba el presidente Fox las desproporcionadamente cuantiosas pensiones que ex-funcionarios ladinos -como José Ángel Gurría- se autoasignaron? Esos pillos, no contentos con lo que robaron durante seis años cuando estaban en funciones, todavía reciben mensualmente y de por vida inmerecidas fortunas que pagamos nosotros. Mientras tanto, el pueblo muere de hambre.

Naturalmente, los sinvergüenzas miembros del gabinete brincaron a defender a su zarandeado patrón Fox. El secretario de Gobernación, Santiago Creel, pidió aplicar "todo el peso de la ley" contra los atrevidos alegando contradictoriamente (porque no hay nadie más violento que los gobernantes) que dizque "la fuerza y la violencia de nada sirven". Los panistas mochos agregaron que "la violencia no es la mejor vía para resolver las diferencias de criterios," siendo que así es precisamente como el Gobierno resuelve sus pleitos contra el pueblo. Sobraron los "intelectuales" y columnistas ladinos pagados por Fox asegurando criminalmente que los mencionados trabajadores fueron "provocadores anti-democráticos con intereses ajenos (?) atentando contra la voluntad del pueblo y la soberanía, en busca de la ingobernabilidad." ¡Hágame el cabrón favor! Nada dijeron los bien pagados jilgueros ladinos, por supuesto, sobre los descarados robos gubernamentales contra los trabajadores rijosos.

El mayor problema no es que los medios todos, aliados del Gobierno, salieran a defender al presidente como encubridores profesionales de gobernantes que son. No, el problema es que los militares protejan a la pandilla de gobernantes cuando su función es defender al país. Son entusiastas y convenencieros guardaespaldas de la caterva de ladrones-asesinos que gobierna al país. Y de pilón les ofende a los militaretes que alguien se atreva a decirles sus verdades, poniéndose bravos y amenazantes contra la crítica. Como si criticar al ejército genocida que tenemos fuera traición a la patria, cuando los traidores son realmente los uniformados. Los militares mexicanos son, aunque a ellos no les guste oírlo, guevones desquiciados que deberían buscarse un trabajo decente. ¿Pero dónde más tendrían los privilegios económicos que inmoralmente gozan, además de impunidad total para ultrajar y asesinar ciudadanos cuando se les antoje?

Atenidos entonces a la protección del Ejército, los gobernantes ladinos en todo el país están robando a niveles récord con la complicidad del presidente y de la primera vaca sagrada de Los Pinos, quienes también andan ocupados robándose lo más que pueden. Y por si eso fuera poco, las ambiciones de poder político de la segunda dama dañaron irreversiblemente a la autoridad presidencial, debilitándola al grado que el sainete con Fox en Ciudad Juárez fue el primer aviso de lo que se les viene encima a los ladinos en el poder. El desorden civil está recrudeciéndose porque aparte de robar a dos manos, ningún funcionario sabe si obedecer al presidente, o a su vieja, o a los dos, o a ninguno, ya que Fox mismo cometió el fatal error estratégico de dividir el poder supremo anunciando que él y su mujer gobernarían en yunta. Y las pavorosas consecuencias de tal babosada ya aparecieron, pues a palacio revuelto ganancia de secretarios de Estado vividores.

Eso no les pasó nunca a los priístas.

Mire usted: Desde que Babas Fox anunció a poco de su boda, rebosante de orgullo y lambisconería de mocho, que compartiría el poder presidencial con la Igle$ia a través de Marta, supe que no solamente él como presidente estaba perdido, sino el país también. Lo que Fox hizo fue la mayor pendejada que un presidente en cualquier país del mundo puede hacer: Compartir el poder. Es decir, su boda fue una fatal concesión al Clero que lo ayudó a llegar al poder y Marta fue la títere que los malolientes obispos designaron para hacer su voluntad desde Presidencia, especialmente buscando extender la influencia vaticana a través de concesiones de medios -que ya les otorgó Marta- y el control absoluto de la educación pública y su enorme presupuesto, algo que no han logrado ni lograrán mientras yo escriba esta columna (desaparézcanla si pueden, charritos negros monta-perros, juar, juar, juar).

Las terribles consecuencias de la descabellada sinrazón política del Primer Uñas-largas Fox eran previsibles, pero no las mencioné antes porque yo no soy asesor político de Fox (ni quiero serlo). Que lo eduquen y saquen de sus errores gubernamentales sus tutores extranjeros y sus secretarios de Estado. O los obispos y rabinos hermanos étnicos suyos.

Pero ahora que ya van Fox, su vieja y su pandilla de zánganos con un pie en el vacío, sin posibilidad alguna de que el güey de las botas arregle lo que desconchifló, diré dónde estuvo la mala tanteada del mercader de pacota que en mala hora los abarroteros fascistas del Imperio del Mal colocaron en el trono de México.

Los principios de estrategia china advierten que un mandatario usualmente vive rodeado de grupos intrigantes con intereses distintos a los de servir a la nación, especialmente sus secretarios de Estado...y su propia familia, empezando por su mujer. (Se están destapando incontables aspirantes ladinos "a la grande" en 2006, y todo lo que oímos en los medios son los deseos de los aspirantes a candidatearse, pero no mencionan en sus discursos intenciones de serle útiles al país. Ellos a lo suyo, que es robar y matar ciudadanos no-ladinos.) Cualquier vacilación o signo de debilidad del presidente desatará inmediatamente la arrebatinga por el botín nacional y la pugna abierta entre facciones varias por el poder.

El poder no debe compartirse pues es malo que haya, dicen los chinos, dos tigres en la misma montaña, so pena que se maten entre ellos. O lo que es lo mismo, al compartir Fox el poder con su mujer, tenemos el caso de dos burros peleándose por una sola mazorca, o dos perros mordiéndose salvajemente por un mismo hueso: El pleito será en grande y los dos bandos se irán al abismo cuando un tercero llegue y les arrebate tranquilamente el botín mientras ellos se pelean.

Por si todavía no me he explicado, se lo describiré de otra manera: La silla presidencial no debe compartirse por padre e hijo, o marido y mujer, mucho menos entre hermanos, porque tal división de autoridad confundirá a todos y provocará el surgimiento de peleas políticas internas que tarde o temprano llevarán al gobierno al desastre. El poder máximo es, después de todo, tan mareador como el vino más exquisito. Pero es un poder temporal, de manera que hasta los personajes más oscuros en el aparato gubernamental lo desean a la mayor brevedad, así tengan que matar o sobornar. Al igual que en la industria cinematográfica, los extras también desean llegar a ser súperestrellas.

Si usted ve una pelea de boxeo por el campeonato mundial, notará la saña de los contendientes, pues nomás hay espacio para un primer lugar, para un campeón. El perdedor tiene que cargar con la frustración y con los golpes recibidos a cambio de nada. Es igual en los gobiernos: Cuando el presidente es débil y comparte el poder, se incrementan las posibilidades de traición y el más ambicioso matará al otro bajo cualquier pretexto. Además, la gente solamente aceptará a uno de los dos como representante del poder y considerará al otro como pegoste del primero.

Por otro lado, cuando una mujer calculadora como la maligna bruja de Los Pinoles se casa con un presidente babotas como Fox, es para aprovechar su posición y alcanzar poder propio a la sombra presidencial. Pero el resultado son dos amos en un palacio, algo imposible de resistir el paso del tiempo. Marta pronto dio muestras de ambiciones desmedidas que incluían la presidencia, y para cuando Babas Fox y su grupo despertaron a la peligrosa situación, ella se había posesionado de un nicho y fue imposible eliminar su presencia física de Los Pinos, no digamos su influencia política. Ya había Marta colocado un número enorme de gente en posiciones de gobierno favorables a ella. Y así está la situación actualmente: Dos grupos de poder en Presidencia tratando de controlar al país (dos perros peleando por un hueso que se desvanece frente a sus ojos). Y los hijos de Marta están metidos en negocios al amparo del poder presidencial sin que Fox pueda evitarlo aunque quisiera, que no quiere. Las dos facciones están pues en un estira-y-afloja desgastante las 24 horas del día. Y el emperador, dicen en China, no va, lo llevan los que van cargando su silla y pueden decidir el rumbo cuando lo deseen.

Por eso el PRI recuperará la presidencia.

Porque ni ministros, ni secretarios de Estado, ni generaletes verdes, ni funcionarios menores panistas o foxistas están interesados en hacer su trabajo en bien de México, sino en robar y buscar posiciones políticas y alianzas propias que les permitan seguir chupando hueso sabrosamente después del 2006. No les importan los problemas internos del país ni los externos, ni la economía, ni el escalofriante desempleo, ni la intromisión constante e intolerable de la Igle$ia en asuntos de Estado. Los panistas han robado en un sexenio mucho más de lo que el PRI robó en 70 años (aunque también les tocó, a cambio, la temporada de rituales chinos).

Y al país que se lo lleve la tiznada.

No hay actualmente en México, desde luego, posibilidad alguna de llevar a los tribunales a ningún gobernante criminal ladino, mucho menos al presidente. La impunidad a la corrupción está garantizada por ellos mismo, pues han manipulado la ley a su gusto con la corrupta complicidad del Congreso y la Corte Suprema. Pero ni falta hacen los jueces terrenales, porque para arreglar nosotros mismos el entuerto con la ayuda de jueces celestiales existen las peticiones del meteorito rojo.

No hay otra salida: O le ponemos remedio a la situación con los rituales chinos, o los ladinos nos dejan sin país.

Conocemos la enfermedad y tenemos el remedio. ¿Qué esperamos?

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PETICIONES del METEORITO ROJO


* Master, Estrategia Militar China

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Copyright © 2004, Francisco J. Vargas