Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #80: La Paz - Tesoro Precioso

Después de guerras sin fin, la conclusión a la que llegaron los chinos es que "Únicamente en la paz prospera el pueblo." Principio sencillo pero que pocos aprecian realmente, sobre todo aquéllos que nunca han vivido un conflicto militar fuera o dentro de su país.

De acuerdo a la adivinación china, a principios del siglo XXI la guerra soterrada que se vive actualmente en México se extenderá a todo el país como fuego en monte seco. Con la minoría gobernante minada ya por rituales chinos, el pueblo parará de cabeza a los opresores y recuperará su país perdido durante la Conquista. Las pérdidas humanas y materiales irremediablemente serían de pesadilla, pero nadie puede cambiar el futuro. Lo mejor que podemos hacer entonces es familiarizarnos con principios militares.

Hablemos pues de la guerra.

En el metodo de estrategia china "Meteoro Rojo" (legendario meteoro que deja gran destrucción a su paso), decimos que la guerra es el inquietante periodo entre tener y no tener. Periodo donde la fuerza choca contra la fuerza, donde el más débil lo pierde todo y cae de rodillas al pie del vencedor.

Cuando los taoístas dicen que "como es arriba es abajo," quieren decir que el quehacer humano refleja los movimientos de los cuerpos celestes. De ahí que los cambios repentinos que ocasionalmente sufren las familias, las ciudades y los países sean veces violentos, complicados y hasta espeluznantes. Por eso la humanidad experimenta cambios políticos radicales, guerras, genocidios, invasiones.......y revoluciones.

Desde que el hombre nace patea, lloriquea y lucha cuesta arriba para sobrevivir. Sin importar su condición social, su existencia está influenciada por la ley del más fuerte y los más ambiciosos siempre arrebatan a los más débiles su propiedad. Esta lucha de atacantes y defensores por mantenerse a flote es la raíz de todos los conflictos entre personas, y también entre países. Por eso nunca hay paz en la Tierra.

Desde mucho antes de la época de los dinosaurios, cuando aún no había gente en el planeta, ya era imperativo que los animales pelearan entre sí para sobrevivir. Y cuando el hombre apareció, primero tuvo que batallar contra la naturaleza misma y otros animales, luego contra otros hombres, y hoy los pleitos entre países son cosa de todos los días.

Si el hombre no fuera violento hace mucho que hubiera desaparecido de la faz de la Tierra, pero atrás ha dejado demasiados hechos bélicos para llorarse amargamente, y muy pocos dignos de cantarse. Los anales taoístas referentes a las profecías militares chinas dicen, "desde tiempos inmemoriales hasta el futuro más lejano, el hombre ha sido y será el causante de terribles eventos militares." Misteriosas y profundas palabras.

La paz es entonces joya preciosa, y las joyas son para admirarse. Desgraciadamente quienes poseen la paz no la saben apreciar y hacen de la guerra un círculo sin principio ni fin donde el ganador vive y prospera mientras el perdedor se hunde en la ruina y la muerte.

Ganar es el único objetivo de la guerra, pero la victoria engendra derrotas futuras y al derrotado siempre le queda el beneficio de la revancha. El vencido de hoy será el vencedor mañana, y viceversa. Precisamente por eso, es en la paz cuando hay que prepararse para la violencia y es en la guerra cuando hay que restablecer el orden, pues sin orden no hay progreso posible. Toda guerra futura (en metafísica o en el campo de batalla) se planea hoy porque cuando un enemigo ataca no es tiempo de aprender estrategia.

Planear una guerra es como planear un juego de ajedrez, donde nada se deja al azar, donde hay que evaluar correctamente la información, donde la emoción es dominada por la razón. Pero antes de aplicar estrategia es menester identificar correctamente al enemigo. Usualmente el oponente que tenemos frente a nuestros ojos y nos ataca e injuria no es el enemigo principal, sino un títere de alguien más. Hay que ubicar con certeza absoluta al oponente detrás del oponente.

Los enemigos personales son generalmente fáciles de identificar porque cada quien conoce a las personas que tienen motivos contra el, especialmente si son enemigos étnicos. Igual con enemigos económicos (empresarios, comerciantes, gobernantes, competidores, patrones). En cuanto a países enemigos, los diarios señalan claramente a los belicosos, a los que siempre están atizando. Las noticias también señalan a políticos y militares enfadosos y dañinos, sean nacionales o extranjeros.

La razón por la que todo mundo debiera saber estrategia militar y también rituales chinos, es que saber la identidad de los enemigos no es suficiente pues hay que saber cómo defenderse de ellos. No para atacarlos primero, sino para no ser remiso en contraatacar. Hoy día ni la estrategia tiene que ser conocimiento exclusivo de militares, ni la metafisica campo privilegiado de sacerdotes. La estrategia militar es para todos, incluidas las mujeres.

Para derrotar al adversario, las más de las veces se requiere de rituales chinos (civiles o militares) aparejados a las acciones armadas, aunque ocasionalmente lo indicado es no mover un dedo. Todo depende del método de estrategia utilizado (existen 108 escuelas-metodos de estrategia militar china), de la habilidad del estratega para entender y manejar los Cinco Elementos (agua-fuego-madera-metal-tierra), del carácter belicoso o prudente del enemigo, y de la inteligencia y capacidad económica-militar de los contendientes.

Si el oponente es poderoso pero torpe, lo ideal es utilizar inteligencia contra fuerza. Si el oponente es débil, es posible emplear fuerza contra fuerza si su grado de inteligencia lo permite. Sería ocioso hablar de Vietnam para ilustrar este punto.

En cuento al factor tiempo, es imposible fijar de antemano fecha límite para alcanzar la victoria pues nunca se sabe cuánto durará una guerra. Los generales siempre prometen la victoria en pocas semanas y sin bajas, pero luego ni los años les alcanzan. Frecuentemente las guerras se terminan cuando los contendientes están exhaustos y prefieren firmar treguas. Si las guerras civiles se alargan demasiado, el pueblo y los soldados se desmoralizan, a menos que haya ventajas tangibles tales como rápida distribución de riquezas y tierras quitadas al enemigo.

El México actual vive una guerrita interna y de baja intensidad que el PRI ha venido librando contra campesinos descontentos durante los últimos cuarenta años. Aquí (y en toda Latinoamérica) lo interesante es que los ladinos tienen ostensiblemente el poder político, económico y militar, pero las órdenes importantes les vienen de cierto país en el Medio Oriente. Ese es el adversario atrás del adversario, el titiritero invisible. (Por eso la indiada en Ecuador tuvo que renunciar a derrocar al gobierno, so pena de que al país lo paralizaran económicamente desde el exterior.) Dicho en ruso, las grandes decisiones para México no se toman enteramente aquí.

Por eso el presidente en México no es designado por los votantes, sino por eminencias grises del extranjero en conjunción con sus brothers ladinos aquí. En verdad las campañas de Labastida, Fox, et al., son vil farsa y pretexto donde el dinero del pueblo dizque asignado a "gastos de campaña," se lo reparten entre sí los ladinos, especialmente a los medios de información que tanto ayudan tapándole ojos y oídos a los mexicanos de segunda. La antidemocrática credencial de elector obligatoria (cuál República?) existe nada más para que los sádicos prístas estén chingando a la indiada.

¿Cuáles son las ventajas de los ladinos? Una evaluación militar light nos muestra que tras siglos de saquear la riqueza del país, la fuerza militar ladina es suficiente para enfrentar con éxito por unos meses a una desencantada plebe superior en números pero desarmada, débil y dócil tras hincarse y persignarse por siglos. Solamente reaccionará la mexicanada ante un número grande de muertos. Además, los países extranjeros inicialmente se pondran renuentes a permitir que la indiada recete una revolcada física a los ladinos. Por eso en Chiapas el gobierno exhibe armamento y consejeros militares extranjeros.

Por su parte, el pueblo tiene a su favor que los ladinos nacionales carecen de antídoto para la metafísica china. Ni ellos, ni sus curas, ni sus aliados y hermanos étnicos en el extranjero tienen la menor idea de cómo detener el impacto de los rituales. Ni un siglo les bastaria para descifrar el rompecabezas. Y mientras se entretienen con ese problema, la roncha del descontento nacional va creciendo y convirtiéndose en terreno fértil que atrae diariamente nuevos y anónimos practicantes de rituales chinos. Hasta ayer nadie en México sabía hacer rituales chinos para poner parejos a los ladinos, hoy son relativamente pocos los practicantes, y mañana será el país entero haciendo peticiones. Más temprano que tarde el efecto metafísico ablandará los cimientos de la pirámide de poder ladina aquí y en el exterior, hasta que un ligero empujón la derribe.

La táctica militar china de avanzar sorpresivamente con pocos efectivos es la esencia visible de la guerrilla, ya conocida por todos, pero también es la esencia invisible de la metafíísica. Y eso pocos lo saben hasta ahorita. Pero no hay roble tan alto y grueso que aguante en pie el continuo cortar de un serrucho por chiquito que este sea. Al respecto hay un incidente que explica por qué es letal este tipo de mini-ataque persistente.

Erase un magistrado chino que, mientras hacía una visita de inspección a un edificio de gobierno, vio salir del cuarto del tesoro a un empleado que escondía apresuradamente una moneda de cobre bajo su gorra. Interrogado por el juez, el empleado tardó buen rato en admitir que había robado la moneda, pero confesó al fin. El juez, cansado, ordenó a sus asistentes darle al pillo una garrotiza en las nalgas como castigo, y luego dejarlo ir. Pero el ladrón se enfureció ante lo estricto del castigo y le reclamó al juez severidad tal por el robo de una pinche moneda. "Una monedita no es nada, pero si vale para ti una paliza," reclamó, "¿por qué también no me matas?" Enfurecido por la soberbia retadora del sujeto, el juez escribió con tinta roja una sentencia de muerte con las siguientes palabras, "Una moneda al día cumulará en mil días mil monedas. Una a una, muchas gotas de agua penetran hasta una piedra." Y allí mismo, espada en mano el juez personalmente le cortó la cabeza al impertinente.

Sabemos entonces que cuando se golpea al enemigo con poco pero con persistencia, puede serle fatal. Si muchos pesos hacen una fortuna, muchos rituales derriban fácilmente dinastías por muy poderosas que sean. Por eso la dinastía ladina en México prácticamente pende de un hilo. Eso es fácil adivinarlo porque el buen sembrador sabe exactamente qué clase de planta dará la semilla que tiene en la mano antes de dejarla caer en el surco.

Nada, ni ningún ladino, pueden detener ya la multiplicación de rituales para ponerlos a mano. Y si solamente diez personas al día, por decir algo, se sumaran al resto que está haciendo rituales, al año serían 3,650 personas más que el año pasado. Saque sus cuentas si fueran cien o mil nuevas personas al día. Y ni necesitan conocerse entre sí los practicantes para hacer rituales que si de por si neutralizan hasta al poder más grande en la Tierra, con mayor razón detienen en seco al PRI y al Ejército. Son tan poderosos los rituales que no hay ejército en el mundo que tenga la fuerza de un pueblo con tal conocimiento en su poder. Por eso, en la guerra de rituales contra los ladinos, por una vez la indiada lleva las de ganar.

Claro que la paz en México es deseable y necesaria, pero a veces primero es necesaria la guerra civil para asegurar la tranquilidad. Y si es guerra de rituales, mejor para el pueblo. Al fin que los dioses están del lado de quienes saben hacerlos sus aliados. No siempre el Cielo está del lado de los poderosos ni de quienes tienen más armas, también se pone del lado de los débiles si éstos son inteligentes, si tienen la razón, y si hacen los rituales adecuados con peticiones dirigidas al "dios de la guerra."

POR QUÉ SOY CATÓLICO:   Un curioso me pregunta medio mosqueado por qué, si me digo católico, critico a los curas. Pregunta lógica y valedera. Por si a otros se les ocurre después la misma pregunta, sepan la respuesta todos y así nos ahorramos tiempo.

He dicho que soy católico, no tarado ni ciego. Mucho menos sordo ni mudo. Así como cuidamos nuestro aspecto físico (salud, agilidad corporal y mental, educación), yo cuido también el aspecto espiritual (lo que se refiere al más allá). Estoy convencido de que este mundo tiene su contraparte en algún lugar y que después de la muerte regresamos al lugar de donde venimos, para luego nacer de nuevo en este planeta hasta completar un ciclo.

Ahora bien. Los principios religiosos que me parecen lógicos los encuentro en las religiones orientales, pero también en el catolicismo. Porque en cuanto a rituales se refiere - el bautizo, la misa, la boda y hasta los ritos fúnebres y el novenario - los rituales católicos son de origen chino-budista-taoísta, así que no tiene sentido buscarlos en otro lado. Es precisamente en lo ritualistico que yo le encuentro algo de valor al catolicismo, rituales que nada tienen que ver con la religión judía-cristiana.

Pero eso sí. En cuanto a los diezmos, las vírgenes y sus milagritos, las apariciones, las copitas de vino por dizque lo de "la sangre de Cristo,'' la afanosa ambición de los vaticanos para alcanzar el poder político, la infiltración y el espionaje en otras culturas, la traición habitual a los pobres, la supresión de indios por medio de lavado de cerebro y brujerías, la comunión, la excomunión, las limosnas, la confesión, el exterminio cultural de las naciones con el cuento del "Dios único," las amenazas de castigos en el Infierno a quienes no agachen sumisos la cabeza, el incongruente negocito de las escuelas privadas, la venta de reliquias falsas, la fabricación de santos como Juan Diego, la prohibición pública del sexo para los feligreses mientras los curas practican el homosexualismo por carretera libre, la inhumana táctica de despojar a los católicos ancianos de sus casas y cuentas de banco con el anzuelo de los asilos católicos, el falso amor de los curas por los fetos pero su cruel indiferencia para los niños de la calle, la intromisión de su religión en la educación pública, y demás trinquetitos inventados o cambiados para su provecho por los curas, esos timos me tienen sin cuidado.

Porque aparte de ser falsos eunucos, los curas son fanáticos, intrigantes, tramposos, mentirosos, avariciosos de poder religioso exclusivo, y de dos caras.

No me van pues a enseñar los curas cómo, dónde y cuándo hacer contacto con los dioses. Yo no necesito intermediarios porque éstos siempre encarecen el producto y engañan al consumidor. A mí ningún cura me regaña y menos me excomulga, pues se lo que la Iglesia ignora, que ningún ser humano le puede quitar a otro su religión. Y si de asustar nangos con el Infierno se trata, aquí el único que asusta, y sin necesidad de sotana, soy yo. Faltaba más, que viniera un charro negro a decirme que no puedo comunicarme con los dioses simplemente porque a él se le hinchan los güevos. Que me lo digan los dioses, o quien sepa más que yo. Y en cuanto a las sobadas y aguadas amenazas de "arrepiéntete," que se arrepientan los curas, no yo. Porque si de fuerza metafísica se trata, ni al Papa ni al Gran Rabino les veo patas para gallo. Saben del negocio, claro, pero aquí el único que a placer tumba chones con rituales y peticiones es su merced.

Pero sucede que yo nací en el catolicismo más acendrado que se pueda imaginar. Catolicismo de capa y espada, vaya. De padres y abuelos que cuando lo de Elías Calles arriesgaron en serio la vida practicando secretamente su culto bajo amenazas de pena de muerte. Y habiendo heredado la religión de quienes me dieron la vida, rechazar totalmente el catolicismo sería tanto como gritarles en su cara que fueron tontos e incapaces de darme la enseñanza religiosa correcta. Eso no lo puedo hacer sencillamente porque el respeto a los padres trasciende cualquier religión.

Por eso soy católico.

Pero, repito, se exactamente de que pata cojean los vaticanos, desde el Popis hasta sus acólitos. Y a todos ellos los necesito tanto como necesito piojos en la cabeza.

NUESTRO FÚTBOL   ¡Maldición! Los federativos mexicanos (Lebrija, de la Torre, Borja) necesitan que les transplanten cerebros de gente normal, a ver si así dan una con los uniformes de la selección.

Le quitaron la concesión de fabricar los de por si ya repelentes uniformes a Garcis-Burrillo, sin duda por órdenes de Azcarraga Tercero, y la única frase que describe el nuevo uniforme que cagaron los nuevos concesionarios es ésta: "¡Qué mierda!"

Los espantosos uniformes fueron modelados por muchachas que caminaban la pasarela como si les fueran dando toques eléctricos en el culo, dejándonos además la duda en el mensajito femenino ése: ¿nos quieren decir qué los seleccionados son jotos?

¿Por qué no muestran los uniformes modelos masculinos? ¿Qué está pasando aquí?

Y la única crítica que se les ocurrió a los federativos, y a los títeres televisos visiblemente acobardados y mudos ante su feroz patrón Azcarraga, y a los demás miembros de la Prensa, perdón, de "comunicación social," es que "el color negro no está en la Bandera Nacional." ¡Hágame el cabrón favor! ¿Qué demonios tiene qué ver el color de la bandera con tan horroroso diseño?

¿Qué remedio se le ocurre a usted para sanar a esos imbéciles de su ignorancia crónica?


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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