Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #47: El Despertar Del Indio

Los ladinos mexicanos asustan a sus hijitos diciéndoles que si no se portan bien ``vendrán los indios y se los comerán.'' No es de extrañar pues que crezcan odiando neoindígenas ni que al llegar al poder vean con desconfianza y enemistad a cualquier mexicano prieto.

Los ladinos adultos no temen servirles de botana a los indios, pero temen algo peor: saben que un mal día la indiada se hartará de ellos y los eliminará violentamente. Temen la inevitable rebelión que sufren todos los conquistadores y que con justificado pánico los ladinos denominan ``el despertar de el indio mexicano.''

A estos conquistadores de México les ha durado la fiesta mangoneando y destrozando indios sin temor porque las ganas de libertad de los neoindígenas no ha llegado al punto de ebullición todavía, pero llegará, llegará.

Los conquistadores en México utilizan el cristianismo para doblegar sicológicamente a la indiada. Pero por más que los curas mantienen a los indígenas asustados con que recibirán castigos divinos si se violentan, los humildes ya andan desesperados pues los gobernantes ladinos abusivos se han encargado de acabar con su paciencia.

Perdido ya el miedo de los ciudadanos a los arrestos ilegales, torturas y balas de los guachos, y a las amenazas de castigos en el infierno proferidas por los curas, el ambiente va quedando poco a poco a modo para los primeros agarrones entre mexicanos vestidos de soldados contra mexicanos encuerados. De titiriteros están los curas y ladinos mexicanos. Se matarán hermanos contra hermanos, pero eventualmente se descubrirá el secreto de la identidad racial de los poderosos y su dominio en México llegará a su fin.

Actualmente el gobierno aumenta el resentimiento de neoindígenas al utilizar contra ellos la misma estrategia equivocada que usan los israelíes contra los palestinos. Pero las circunstancias militares no son iguales en los dos países. Esa estrategia judía-ladina mantiene al pueblo mexicano medio pacificado-reprimido porque le echa encima las bayonetas y mantiene el armamento pesado lejos de sus manos.

Lamentablemente para los ladinos, esa estrategia es obsoleta. Además, aplicar tácticas militares de un país en otro requiere saber reconocer la diferencia de circunstancias. Los israelíes y los ladinos no han captado todavía este principio. Hasta ahorita su simplón método ha sido el de acusar falsamente y luego arrestar a neoindígenas, torturarlos o asesinarlos, y suplicarles a los gringos que no dejen pasar armas por las fronteras.

Pero pacificar-reprimir humildes dispuestos a perder la vida en vez de soportar más miseria no es sencillo, ya que el espíritu de rebelión de un pueblo es mucho más peligroso que sus armas. Son tantos los descontentos y tan pocos los ladinos que hasta con palos de escoba podría acabar la gente con ellos. Recordemos la forma en que los chinos acabaron con los mongoles de la Dinastía Yuan (1279-1368 D. de C.) que ocupaban China.

Cuando Marco Polo estuvo en China sintió que los mongoles tenían los días contados pues describió cómo la pacificación-represión de chinos era estricta y despiadada a manos de los mongoles. (Igualito a como pasa aquí hoy). Polo mismo trabajó para los mongoles porque siendo ellos extranjeros en China confiaban más en otros extranjeros que en los chinos. (Igualto a como pasa hoy aquí).

Los mongoles hacían lo posible por mezclarse hábilmente entre la población y hacer que los chinos olvidaran la conquista. (Igualito a como pasa hoy aquí). Los mongoles en China hablaban chino y sus nombres eran ya chinos. Pero su plan de integración no resultó, pues los chinos tenían en cada villorio, pueblo y ciudad récords de cuáles habitantes locales eran mongoles aunque ya no lo parecieran.

Y así fue como el mero día de la rebelión china contra los mongoles, se repartió un mensaje a todos los chinos a lo largo y ancho del país. Oculto en piezas de pan que las familias compran diariamente, la orden en el mensaje fue dada por los miembros de las sociedades secretas chinas que planearon el golpe. El mensaje fue lacónico pero exacto: ``mata un mongol.'' Eso fue todo.

Ni armas necesitaron los chinos para ``alzarse,'' pues eran tantos ellos y tan pocos los conquistadores que la gente salió a la calle pensando cada quien en matar un conquistador mongol fuera hombre, mujer o niño. Los mataron como podían: a golpes, con palos, con piedras, con cuchillos de cocina, y hasta adornándose con una que otra mentada.

Ni decirle tengo que al día siguiente no amaneció un sólo mongol vivo en toda la China. Así se acabó el problema de la conquista mongol, pues los chinos si saben quiénes son ellos mismos y quiénes sus enemigos. (Exactamente al revés de los que pasa hoy en México).

Imagínese la pesadilla para los conquistadores en México si un buen día apareciera aquí el fatídico mensaje, ``dale caña hoy a un ladino.'' Ni para semilla quedaría algo de esos pillos ni de sus masacres de civiles, ni de sus rescates carreteros, ni de sus fobaproas y deudas públicas, ni de sus dinastías coloniales y priístas.

El genocidio de indígenas mexicanos y demás crímenes acumulados por los ladinos a través de siglos chingando indios terminaría. Sus bestiales costumbres tales como la de esclavizar y asar indios vivos o destrozarlos con mastines y la de reventar cabezas de niños mexicanos vivos contra las paredes quedarían de recuerdo para contárselos a nuestros nietos y como una pesadilla sin paralelo en la historia de la humanidad.

Tienen razón pues los ladinos al temblar ante el espectro de ``el despertar del indio.'' Los comprendo y medio compadezco, pero no tienen salvación. Precisamente por esa venganza claman los antepasados desde el más allá, y no descansarán sus espíritus hasta que esto suceda. De cada mexicano depende cuándo darle descanso eterno a esas ánimas en pena.

ESTRATEGIA MILITAR:   En el largo historial de conflictos armados siempre hubo pequeños grupos de hombres, o guerrillas, que se han visto obligados a enfrentar ejércitos enteros.

Pero la guerrilla china es una unidad de combate altamente entrenada y dependiente de un ejército y son sus tácticas engañosas lo que las hace superiores algunas veces a los soldados regulares.

Mao Tse-tung desarrolló un tipo de guerrilla muy efectivo y con principios militares especiales. Con ella, Ho Chi Minh le demostró al mundo entero que grupos pequeños de soldados pueden derrotar fuerzas militares más numerosas y mejor equipadas. Pero al igual que en China, la guerrilla vietnamesa fue parte pequeña del ejército regular.

La guerrilla se convierten fácilmente en pesadilla para ejércitos regulares porque pelea en terrenos difíciles y con limitaciones materiales. Pero el factor más importante para el guerrillero chino es el estar arropado por el apoyo de el pueblo, por eso Mao dijo, ``El guerrillero se mueve entre el pueblo como pez en el agua.''

El guerrillero, por su parte, sólo piensa en ``atreverse a arrancarle los bigotes al tigre.'' Para esto está entrenado con tácticas superiores a los de los soldados regulares, y habituado a lanzar constantemente ataques inesperados sobre el enemigo hasta que éste se fatiga mental y físicamente. Los ataques frontales y en campo abierto son fáciles de resistir por un ejército, pero no si los ataques son elusivos y en terreno difícil.

Los japoneses descubrieron en pellejo propio lo venenoso de las tácticas de guerrilla cuando ocuparon China antes de la Segunda Guerra. Las tropas niponas fueron atosigadas de día y de noche por la guerrilla china. Japón perdió tantos soldados a manos de guerrilleros chinos que para cuando los japoneses atacaron Pearl Harbor los soldados ya estaban diezmados, cansados y hartos de perder tantos hombres y material bélico en China. Hace años platicaba yo con un oficial chino veterano de esa guerra y me decía que había eliminado tantos soldados japoneses en innumerables ataques furtivos de noche a campamentos militares enemigos, que cuando veía un cuchillo corto de comando sentía náuseas.

Si los indígenas en el Nuevo Mundo hubieran sabido las tácticas militares chinas que Hernán Cortés y demás conquistadores traían consigo, los europeos jamás habrían conquistado estas tierras y el rey de España anduviera hoy en un burro y el Vaticano sería tan pobre como lo fue Jesús.

Pero aún después de ahogado el niño se puede tapar el pozo. Las tácticas de guerrilla china están acabando poco a poco con los sueños de muchos conquistadores. Por ejemplo. Cuando las tropas inglesas arribaron a Irlanda del Norte a fines de los sesentas, anunciaron que sofocarían el movimiento armado local, que busca la independencia, en unos meses. Treinta años después, ese conflicto entre Inglaterra e Irlanda del Norte sigue sin resolver.

Y los europeos, tan proclives a entrometerse en asuntos internos de países débiles a ver que tajada se llevan, le están sacando a mandar soldados a combatir serbios precisamente porque le temen a otro Vietnam a manos de guerrillas. Sus modernos y sofisticados aviones de guerra y sus artefactos nucleares no sirven de nada contra guerrilleros bragados. Pero donde los americanos han obtenido gran éxito es con la ``globalización,'' la cual es también una forma de guerrilla.

Si el Che y otros guerrilleros latinoamericanos han perdido la vida a manos de ejércitos regulares se debe que no entendieron los principios chinos de guerrilla que quisieron poner en práctica.

El EJÉRCITO NACIONAL:   Dijo el secretario de Defensa frente a su patrón Zedillo que ``El soldado no se hace sólo con el uniforme, se hace dotándolo de una estructura espiritual inquebrantable (?), de una ética invariable (?), de una convicción inexpugnable (?) y, sobre todo, de una lealtad entrañable a la patria, su historia, sus instituciones. Debe tener conciencia de su dignidad y de la importancia de su misión.''

Como siempre, se adornó de más el secre.

Para ser soldado mexicano no se necesita más que despertarle el instinto asesino que todos llevamos dentro, dotándolo de impunidad total, y queda listo para mandarlo asesinar a sus propios compatriotas para beneficio del PRI-PAN-PRD y en nombre de ``la Patria.''

Mientras los militares se esponjaban con las bonitas pero falsas palabras de su secretario, las noticias de abusos militares infligidos a los mexicanos jodidos no cesan. Ese mismo día, de acuerdo a La Jornada, un retén militar en Chiapas arrestó y torturó a dos jóvenes campesinos por sospechas de ocultar armas y municiones en sus mochilas. Al no encontrarles nada, los guachos los desnudaron, les vendaron los ojos y ya tirados en el suelo los golpearon brutalmente ``para que confesaran.''

¿Y qué querían los sardos que los muchachos ``confesaran'' si se comprobó que no traían armas? Pues quién sabe.

Los interrogatorios judiciales y militares en México me recuerdan los de la Santa Inquisición, donde los torturados en su desesperación pedían a sus verdugos que cuando menos les dijeran de que tenían que declararse culpables y los ``representantes de Dios'' contestaban taimadamente, ``Diga la verdad su merced, diga la verdad.''

Esa ``verdad'' todavía la exigen los jueces -pregúntenle si no a Clinton, a quien ya le andaba por no decirla- pero no es trabajo de los sardos el extraerla a base de golpear ciudadanos secuestrados, que no arrestados, en los caminos. (Y a pesar de tantas enmiendas que le hacen a la Constitución los presidentes - síganla parchando y pronto la dejarán como al principio - a ninguno se le ha ocurrido leerla, pues los sardos demuestran que no hay libre paso en caminos federales. Sabrán leer los mandatarios?)

Con razón necesitan tantas virtudes éticas los soldados mexicanos, según afirma el secretario de Defensa. Seguramente los torturados se sienten mucho mejor al saber que los militares tienen instrucción ``ética, leal y digna'' que les permite destrozar a golpes los cuerpos de sus compatriotas sin sentir remordimientos, pues lo hacen para ser leales. Pero leales a los ladinos, no a México.

Zedillo se muestra feliz al estrechar las manos de sus generalotes. Yo me las lavaría con alcohol y lejía a ver si se me quitaba la sangre humana que se me hubiera pegado de ellas.

PARA MORIRSE DE RISA:   El mediocre actor Carlos Bracho registró su candidatura a la presidencia del PRD. Si, el mismo sujeto que atropelló con su vehículo hace un par de años a una persona y trató de huir para evadir responsabilidades, lo cual hubiera logrado si no lo detiene la gente. Y sin embargo no está en el bote.

No sorprenden las ansias políticas de Bracho, pues ni mandados a hacer están los actores para puestos políticos.

¿Por qué? Pues porque los actores - aparte de vivir en un mundillo de depravación no muy ejemplar - son gente acostumbrada a mentir al público y a ellos mismos al darles vida a personajes de ficción.

Si son buenos actores engañan al espectador y si son malos se engañan ellos solos cada que actúan. Y encima los muy nacos creen que tienen autoridad moral y carácter para servir a los electores.

Actores y políticos son lobos de la misma manada, no se distinguen unos de otros en nada.

COSAS ODIOSAS:   Empieza a despejarse el panorama penitenciario para el Hermanísimo, miembro distinguido de los Salinas Brothers. El traslado de Raúl a una cárcel menos rigurosa que Almoloya se ha autorizado oficialmente por Gobernación. Justo a tiempo, pues su esposa Paulina afirma que sus mazmorras vuelven loco a cualquiera.

Dicen los chismes que el expresidente CSG personalmente hizo la petición del traslado para el reo Salinas. Lo hilarante del caso (pobres diablos, pero solitos se buscaron ese castigo) es que fue CSG quien autorizó la construcción de Almoloya para quedar bien con los extranjeros, los cuales no ven con buenos ojos que los narcos mexicanos lleven una vida holgada en cárceles mexicanas normales. Hasta lo que no comen les hace daño a los guerinches.

Esa cárcel-zoológico, Almoloya, es un himno al sadismo natural: hay cámaras de vídeo vigilando constantemente a los reos, tienen luz artificial las 24 horas para que no vean la luz del día, no pueden platicar con sus custodios, viven en celdas pequeñísimas dignas de animales en cautiverio, las visitas familiares son muy reducidas de tiempo, sufren incomunicación con otros reos y sufren con otros bellos castigos que confirma que las autoridades pueden ser tan criminales como los delincuentes. Para que el parecido de Almoloya con un zoológico sea mayor, obligan a los reos a tomar diariamente tranquilizantes para evitar que se les brinque la cadena.

Ni en la Edad Media se vio tal crueldad mental para presos. Dicen los curas que el hombre está hecho ``a imagen y semejanza de Dios.'' A lo peor el Creador tiene la cara de CSG.

No hay ley en México que autorice una aberración carcelaria de la magnitud de Almoloya, pero aquí cada reyecito priísta en Los Pinos hace lo que se le da su pinche gana y al Ratón Atómico le valió madre lo que sintieran los reos en esa prisión de pesadilla. (Y yo sigo pensando que más temprano que tarde van a meter ahí a nuestro roedor, pero eso es harina de otro costal).

Desgraciadamente para los Salinas (y gentuza como ellos) el Cielo tiene ojos y oídos: quién lo hubiera pensado y menos dicho, pero ahora el propio hermano del exmandatario mexicano vive en carne propia el inhumano castigo que CSG deseó para otros, para los que no son ``de su condición.'' Y ahora mendiga a Gobernación un poco de piedad para que saquen a su hermano del abismo carcelario que el mismo construyó para el.

Para su fortuna, lo escucharon.

Pero sería bueno que el Ratón meditara un poco acerca de las injusticias que el causó en otros y diera gracias al Cielo de día y de noche porque alguien oyó sus propios ruegos de clemencia. Carlos puso oídos sordos a las súplicas de los desdichados cuando fue reyecito de México, y en general muy pocos mexicanos presos son ayudados por las autoridades carcelarias.

Así que, mi estimado ratoncin, hay que ayudar más al prójimo de ahora en adelante, porque si el Cielo se enoja con ustedes otra vez a lo mejor ya no salen de el próximo hoyo, pues los espíritus de los asesinados durante el sexenio salinista siguen clamando justicia al Todopoderoso.

NUESTRO FÚTBOL:   ¡Qué desastre de Selección tenemos que sufrir sus seguidores: malos directivos, jugadores que no deben estar ahí, y un sargento-técnico incapaz!

Esto ya es calvario para masoquistas, indigno de una afición noble como la nuestra. El último desastre fue en Los Ángeles, contra una selección argentina ``blandita,'' sin grandes estrellas. México, por el contrario, echo toda la carne al brasero. El juego, con excepción de los últimos minutos, fue malo y como para salir triste del Coliseum. (Pero oiga, que buen jugador es el muchacho del Toluca, Abundis).

El sargento Lapuente se dijo "harto" de que el equipo reaccionara hasta después del gol argentino, ¡pero si fue hasta el segundo tiempo que alineó a Abundis! Los hartos del sargento somos nosotros.

El avaricioso Burrillo de Televisa, explotador oficial de la Selección, no solo ha convertido abusivamente a los jugadores en escaparates ambulantes de la ropa deportiva de mal gusto que fabrica, sino que prohija a un técnico nacional que ni tiene talento para escoger jugadores, ni acumen para diseñar la estrategia que necesita el equipo ``de todos.''

Menotti puso el dedo en la llaga cuando dijo que el técnico que descubra y adapte la idiosincrasia del jugador mexicano a el juego de la Selección cosechará triunfos a granel. Ni Mejía Barón, ni Bora, ni el sargento Lapuente entienden la naturaleza del jugador mexicano pues su condición de técnicos ladinos los ciega.

El entrenador en el fútbol mexicano que, aparte de saber realmente su negocio, encontró el método para hacer jugar al jugador nuestro es, quiérase o no, Lavolpe. Este argentino si es general de fútbol y demasiado técnico para esa miserable y pinchurrienta directiva del Atlas. Nomás acuérdese que los atlistas dejaron ir al temperamental pero talentoso Bielsa cuando entrenaba a las fuerzas inferiores rojinegras y el erróneamente llamado ``loco'' es hoy el técnico nacional de Argentina.

 A la Selección le falta un cerebro (un ``#10,'' pues) en media cancha que surta sabrosamente de balones a Cuauhtémoc y Hernández. Pero ningún técnico mexicano lo ha sabido encontrar. Ramírez no es el jugador que necesitamos ahí los aficionados y Aspe tampoco, mientras que el Cabrito y el Tilón necesitan tiempo y la dirección de un buen general para madurar en esa posición. Júrelo que si le preguntan a Lavolpe, el tiene ese ``10'' bajo la manga, pero se me hace que solo lo sacará si el dirige al Tri.

La Selección necesita renovarse pero de la mano de alguien que sepa de fútbol y además tenga la habilidad necesaria para hacerlo.

 ¿Qué espera Burrillo el televiso para darle el mando de la Selección a Lavolpe? Este argentino ya conoce como se las gastan los directivos nacionales y de seguro será más comprensivo con Televisa que su paisano Menotti. ¿'tonces pues?


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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Copyright © 1998, Francisco J. Vargas