Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #45: Conocerse A Uno Mismo.... Y Conocer Al Enemigo

Para triunfar, siempre se ha necesitado de buena estrategia. Sin excluir a policías y ladrones, soldados y civiles, banqueros y políticos, nadie puede salir adelante y mantenerse en la cima sin planes bien estructurados.

La mejor estrategia es sin duda la estrategia militar china y por eso en Occidente es muy popular en estos días el manual de estrategia de Sun Tzu - conocido también como El Libro de la Guerra - un estratega chino que vivió hace dos mil quinientos años. Vamos pues dos milenios y medio atrasados con respecto a la estrategia china moderna.

Los académicos occidentales promueven mucho en público los clásicos romanos y griegos pero cuando la sociedad necesita algo verdaderamente práctico hay que volver los ojos a la cultura china.

Ahora que, por lo mismo de no saber qué es exactamente la estrategia china, los extranjeros andan felices publicando el manual de Sun Tzu, ignorantes de las consecuencias que esto les traerá.

Baste decir que originalmente el Libro de la Guerra fue escrito confidencialmente para un emperador, no para su publicación masiva. Si tres personas se enteran de un secreto vital ya no hay forma de parar su influencia y por eso hoy el mundo entero conoce el citado libro, cuyas consecuencias militares pueden ser tan inquietantes como cuando lo escribió Sun Tzu.

``La memoria de la humanidad,'' le llaman en China a los libros desde que por allá inventaron el papel y la imprenta, porque el conocimiento escrito perdura y nuevas generaciones se benefician siglos y milenios después de la muerte del autor. Es muy cierto que hoy en día el libro de Sun Tzu es prácticamente obsoleto en China y por eso los que rigen Occidente no podrán, como acostumbran, aplicarle esa estrategia a los mismos chinos, aunque ganas no les falten. Pero como en México andamos intelectualmente en la era de Trucutú, a nosotros si nos cae al pelo el mentado manual.

Como todos los clásicos chinos, el Sun Tzu es un libro más o menos codificado. O sea, si nomás lo lee sin que le expliquen verbalmente su significado se va a quedar en las mismas. Los extranjeros dicen que es un librazo pero si supieran lo que contiene el librito júrelo que ya lo hubiesen quemado, como hizo un emperador chino hace poco más de dos mil años al ordenar que lo chamuscaran y al que encontraban con una copia lo descabezaban. Así que si usted oye que militares y diputados aztecas leen el Sun Tzu, no se espante: no aprenden nada y le apuesto que quedan igual de lelos que antes.

El concepto chino de que el conocimiento difundido a través de libros produce tan desquiciante influencia en la mente humana es tal que, créamelo, estamos muy bien sin que los gobernantes de por acá sepan el secreto del manual chino. Por ejemplo. Cuando las huestes del Vaticano fueron a China por vez primera hace muchos siglos, aprendieron el significado real de la influencia de la palabra escrita y no vea la quema de libros que han hecho desde entonces por Occidente.

Acuérdese que el obispo español Diego de Landa quemó hace siglos cientos de libros mayas en Yucatán, los únicos anales escritos de una gran civilización en todo el hemisferio americano. Esa quema causó gran horror y lamentos entre las mayas pero nosotros en vez de apedrear curas les besamos la mano servilmente y soportamos que ladinos como el tal López Dóriga los ensalce lambisconamente en entrevistas radiofónicas para que se nos olviden sus crímenes contra la humanidad.

Si no les han destruido los curas sus libros a los mismísimos chinos es porque en China si saben controlar curas mañosos, razón por la que andan éstos escupiendo lumbre.

Así pues, por ser el mexicano un pueblo derrotado conjuntamente por el Vaticano y por los españoles, y gobernado por sus descendientes, nos conviene particularmente entender el principio de Sun Tzu que reza, ``Conocete a ti mismo y conoce a los demás, y serás invencible.''

Hay que saber primero y a ciencia cierta quiénes somos. Porque déjeme decirle, si no lo sabe todavía, qué los que nacemos en México pertenecemos a uno de dos bandos: o somos de los vencidos o somos de los vencedores.

Aquí los criollos son secretamente los amos del país y los indios y mestizos pobres los esclavos. Por eso militares y cuicos torturan y matan cruelmente a sus propios hermanos de raza, ya que sus patrones criollos cuidan bien que los nacos uniformados no sepan la diferencia entre unos y otros. Y ante la barbarie policíaca de los criollos nadie, mucho menos la Suprema Corte, se inquieta. Al contrario, precisamente para que los de abajo crean que México es un ``país libre y soberano,'' los criollos que manejan la Iglesia, el magisterio y los medios de información, especialmente Televisa y TVAzteca, hacen posible que jamás se mencione en público la espantosa realidad de que México es un país gobernado todavía por conquistadores españoles con arma en mano y ``en el nombre de Dios.''

Sí, para que este maravilloso sistema de ocupación y represión racial y económica funcione bien, el pueblo tiene que estar totalmente ignorante de su propia identidad, y adorar dioses extranjeros. De ahí que los curas nos repitan a la indiada hasta el cansancio que ``todos somos hermanos, y que hay que poner la otra mejilla,'' no sea que se despierten la curiosidad y los deseos de rebelión entre esta población ferozmente sometida.

Porque si todos somos cuatachos como dicen los curas, ¿cómo es que los criollos del clero, del PRI-PAN-PRD y de la banca viven a todo dar saqueando los dineros del pueblo mientras los demás nos la pasamos cazando ratas para acompañar la tortilla diaria?

Para entender esta barbaridad desvelemos juntos uno de los más importantes secretos del Sun Tzu: ``conocerse a uno mismo'' quiere decir saber quiénes somos racialmente y quiénes los que habitan las mansiones de las grandes ciudades. ¿Cómo, cuándo y por qué estamos arruinados los pobres? ¿Quiénes son nuestros verdaderos enemigos y quiénes nuestros amigos? ¿Cuáles son verdaderamente nuestros dioses y cuáles los dioses ajenos? ¿Y si los de arriba son nuestros enemigos, porqué los tratamos cómo amigos?

Por ejemplo. Anda por ahí un dizque ``historiador mexicano'' que Televisa (nido de españoles) promueve activamente como ``experto.'' El escritor, un tal Enrique Krauze, habla igualito que usted y yo. Pero échese este trompo a la uña: hace tiempo, en una exposición en Sevilla conmemorando los 450 años de la muerte del conquistador Hernán Cortes, dijo el ``mexicano'' Krauze esto, ``Hemos perdido (en México) la batalla de asumir a Hernán Cortés como la gran figura fundadora de nuestra historia moderna por el efecto negativo del `neoindigenismo'...que ha logrado enterrar la imagen de Cortés...y a menos que se produzca un rescate cinematográfico de Cortés no veo la forma en la que pueda alcanzar la verdadera dimensión que le corresponde. He venido a Sevilla porque quiero rendir homenaje a un hombre que no palidece junto a las figuras de Alejandro, Julio César y Napoleón. La Conquista se me antoja como una de las grandes hazañas de la humanidad, mejor que la expansión romana o anglosajona.''

Pues a mí, ``neoindigena'' nada pálido tampoco, lo que se me antoja es mentársela a Enrique Krauze, a Hernán Cortés y los demás ``neoespañoles.''

Pero espere, que hay más. Un tal José Luis Martínez, también ``historiador mexicano'' y director de la Academia Mexicana de la Lengua (¿que será eso, alguna taquería?) llamó a los españoles por teléfono en la misma ocasión para decirles, ``La figura de Hernán Cortés no ha sido asumida plenamente en México debido a nuestra adhesión `a lo indígena'.''

¿Qué le parece? Tenemos al ladrón en casa.

Y ni le cuento las barbaridades que fueron a decir en España los escritores ``mexicanos'' Carlos Fuentes y Octavio Paz con motivo de aquél bochinche que los españoles hicieron para celebrar los cinco siglos de descubrimiento del Nuevo Mundo, porque capaz que agarra usted el cuchillo sin filo de la cocina y se corta el dedo gordo del pie derecho. ¿Por qué creé usted que les dan tantos premios literarios a los citados en España? Si fueran curas ya los hubiesen hecho cardenales. Y nosotros orgullosos de ``nuestras figuras'' literarias, tipos que con la pluma convierten a bribones como Hernán Cortés y Cristóbal Colón en hombres ``extraordinarios.'' Ya se ve que el mejor trabajo de los historiadores disfrazados de mexicanos es la ficción, que no la realidad.

Pero como dijo Sun Tzu, eso nos pasa por no saber quiénes somos: luego tampoco sabemos quiénes son los demás. Por eso nos va como en Amozoc, pues votamos por gobernantes que hablan como nosotros pero que son leales a otro país y nos hincamos frente a curas que destrozaron nuestra religión.

Fíjese también que los cuicos desgreñan y maltratan en público a los sospechosos nacos que no son ni judíos ni criollos, pero nunca han golpeado a Salinas, a Lankenau, a El Divino, a Chapa Bezanilla. Tampoco golpearán a Cabal Peniche cuando lo traigan, pero no quiera usted ni imaginarse las revolcadas que les habrán recetado a los pobretones ``mochadedos.''

Aquí se trata a los ciudadanos no ladinos como tratan en Israel a los árabes. Y es que la mayoría de nuestros conquistadores que manejan la banca, el gobierno, los medios informativos, el clero y el ejército son de ascendencia española-israelita. Porque mire usted: la transcripción de los interrogatorios a los sospechosos de asesinar a Ruiz Massieu son espeluznantes por su brutalidad a los arrestados.

Sin embargo ningún gobernante o abogado se sorprende de esa crueldad hacia los ciudadanos pagadores de impuestos, a pesar que éstos deberían tener ciertos derechos en una república. Si no fuera porque los gobernantes en México son los conquistadores, ¿de qué otra manera se justificaría la conducta tan bestial de las autoridades contra los ``neoindigenas?''

Y mientras esto pasa, ¿dónde están los políticos, los defensores de los Derechos Humanos, los obispos, los ministros de la Suprema Corte? En alguna pachanga con sus cuates ladinos, me imagino, porque defendiendo indios no están.

Sin embargo, ¿si los de abajo somos tantos y los de arriba son tan pocos y de pilón enemigos nuestros, cómo es que votamos por ellos y les permitimos que manejen nuestros dineros y nuestras vidas? ¿Por qué permitimos que los criollos que nos reprimen con el pretexto de gobernar nos impongan (aparte de la porquería de televisión y radio) una religión, un lenguaje, un himno y una bandera que poco tienen que ver con los de abajo?

¿Por qué, por qué, y por qué los aguantamos? Pos' quién sabe, tu.

Por lo pronto mejor que ni nos moleste nadie pues los curas nos van jalando la rienda y andamos ocupados: unos en protestar por la maldita existencia del condón, otros aullando públicamente contra los abortos ajenos que ni nos importan pero ahí estamos de metiches, y los más en ir a recibir al Papa (socio extranjero de los gobernantes ``mexicanos'') y ``besarle el anillo'' en pago por tenernos sumidos en la ignorancia religiosa.

La última vez que vino, el Papa nos ordenó pagar los impuestos completitos y sin escamoteos al gobierno. Y a ningún otro religioso le permite Gobernación hablar de política en México pero al Papa si, pues todos ellos son del mismo grupo étnico.

Aparte está el negocito privado de Televisa con cada visita del Papa a México. Igual que en los mundiales de fútbol celebrados en México, a Televisa le ha redituado grandes ganancias su contubernio con el gobierno: la seguridad, organización y demás gastos de la venida del Papa los pagamos nosotros a través de impuestos y Televisa vende la publicidad y recoje puras ganancias. Qué maravilloso negocio es ser socio del PRI en la represión y emborrachaduría de indios, ¿eh?

Y así la vamos tirando de siglo en siglo por acá, mi estimado Sun Tzu. ¡Qué Viva México, y ajúa!

METAFÍSICA:   A pesar de que la fuerza esotérica de los rituales chinos es evidente, o quizás por eso, todo lo relacionado con lo oculto tiene mala fama entre los científicos. Este error de apreciación se debe, entre otras cosas, a que los principios de metafísica son tan abstractos como los de la filosofía. La ciencia, por el contrario, es tangible, el resultado de la observación física.

Pero precisamente por lo mismo, si cometemos el error de juzgar la metafísica usando principios científicos únicamente, la efectividad de los rituales nos parecerá un fraude.

Los magos taoístas dicen que el ocultismo chino de gran nivel existe porque ellos desarrollan al máximo sus cinco sentidos, el Chi o fuerza interna, la inteligencia y hasta el intuitivo sexto sentido. Si no fuera así, ¿cómo podría el ser humano comprender y manipular la fuerza esotérica necesaria para enfrentar espíritus, demonios y dioses? De ahí que los científicos no sepan realmente los principios del mundo del ocultismo.

O sea, místicos y científicos se rigen por diferentes principios y ninguno debe obstruir el camino del otro pues ni la ciencia es superior al ocultismo ni éste es superior a la ciencia. Únicamente los principios y usos de cada rama son distintos.

NUESTRO FÚTBOL:   Dice el soberbio, perdón, el serbio Bora, qué México nunca podrá ser campeón del mundo. Sus palabras enojaron a los mandamáses de la FMF no porque sea mentira la aseveración de Bora, sino porque no quieren que la naquiza sepa esto.

Miloc alguna vez prometió hacernos campeones mundiales si le daban los jugadores qué el pedía. (Qué no fueran únicamente criollos y judíos como en el gobierno, sino también ``neoindigenas''). Pero como a Televisa le importa más el ganar dinero que el prestigio de México, le dieron la selección y los jugadores inútiles de costumbre precisamente a Bora, ya se imagina usted por que.

En otras palabras, no hay interés para que México sea campeón. No es que México vaya a ser campeón automáticamente solo con poner los jugadores y técnico adecuados en la selección, pero ni siquiera una selección competitiva quieren en Televisa. Los televisos quieren el mando total sobre la selección y el dinero que este dominio produce, lo demás les vale madre.

Cuauhtémoc Blanco dice, al igual que los demás seleccionados, que estamos a nivel de Brasil y Holanda: pero y entonces ¿por qué perdió México con El Salvador el otro día? Yo no recuerdo a Brasil y Holanda perdiendo con Guatemala. Los jugadores, pues, empiezan a creerse su propia propaganda.

Y por si fuera poco, Steve Sampson, extécnico del seleccionado americano, aseveró que EE UU será campeón mundial antes que México, y otra vez se soltaron ladrando los ``expertos.'' Pero Sapmson tiene razón: ellos pueden ser campeones mundiales si se deciden, pero mientras Televisa maneje el timón de la selección mexicana nosotros no lo seremos ni queriendo.

ARTES MARCIALES CHINAS:   En este mundo de engaños y traiciones todos deberíamos aprender a protegernos nosotros mismos, de otra manera nos devorarán nuestros enemigos y también nuestros propios amigos.

No solo las artes marciales protegen sino también los principios de estrategia contenidas en el sistema. La defensa personal es para enfrentar a uno o dos adversarios, pero la estrategia militar es para enfrentar a ejércitos y países.

Si el estudiante de artes marciales chinas está bajo la guía de un verdadero maestro sus acciones llegarán a sacudir el mundo un día si así lo desea, de lo contrario será el mundo el que los sacuda a ellos.

Aprender a quebrar tablitas con la mano no es tan importante como muchos estudiantes creen. Compre usted un martillo en cualquier ferretería y quebrará más tablitas (y huesos humanos) que cualquier karateka de circo. Lo verdaderamente importante es lo que se aprende de estrategia y que se guarda en la cabeza, no los inútiles callos en las manos.

PARA MORIRSE DE RISA:   Fidel Castro acusa a los gobiernos de México y otros países latinoamericanos de permitir que los gringos les dicten que hacer. La canciller Green (nos dicen qué dizque fue catedrática en alguna universidad) inmediatamente vociferó, ``México es un país soberano.''

Pero en ese mismo momento y muy cerca de donde ella hacía remolinos, los extranjeros aplican el detector de mentiras a los aspirantes a agentes de la PGR y hasta el mismísimo Procurador General es aprobado o rechazado por ellos.

¿Qué quiere decir esto? Pues que Castro tiene razón, que la Green miente, y que los funcionarios inútiles que tenemos son expertos en tirar la piedra y esconder la mano. Aparte de ser hábiles cacos, no sirven para nada más. Cuando dicen que algo es negro es que es blanco, y viceversa.

 Castro pues se quedó hasta corto en su muy baja opinión que tiene de los nopales que nos gobiernan. A estos funcionarios incapaces que inexplicablemente toleramos si que hay que mandarlos a robar a su tierra, que por cierto no es México.


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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Copyright © 1999, Francisco J. Vargas