Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #130: Romario, Divino Cascorvo

Romario, futbolista verdaderamente genial, con talento muy sobre todos los inflados jugadores mediocres que hay en la galaxia del fútbol, nos bajó de la luminosa nube tricolor en que andábamos, allá arriba del Jalisco, con dos patadas......y dos goles.

Y Romario ni sudó ni se despeinó.

Porque mientras De Nigris, jugador ladino regiomontano que los televisos inflan desesperadamente, corría como correcaminos y sudaba como perro durante 90 minutos, más los 4 extras, para finalmente anotar apuradamente un buen gol, el gran cascorvo caminaba tranquilo en el campo con las manos en las bolsas. Y De Nigris piensa que la selección existe solamente para que el juegue. Otro árbitro lo hubiera expulsado por lo del banderín y por tirar a gol después del silbatazo preventivo. Actúo igualito al argentino del Atlas.

("El abuelo De Dinigris era italiano," nos dice todo cagado en los pantalones el freak televiso Perro Bermúdez, como si a la indiada nos importara tal trivialidad. Meses antes nos quería impresionar el pobre pendejo diciendo que dizque "los aficionados creen que De Nigris es argentino o brasilero, Ąpor el nombre!" Deberían examinarle cuanto antes la cabeza a Bermúdez.)

Si Romario tocó 10 pelotas se me hacen muchas, pero de esas metió dos goles, el último maravilloso. Y si para los mexicanos el tercer gol tuvo que ser obra de un gran despeje de Oswaldo, un peinada del delantero de Nigris y el toque preciso del Cabrito Arellano, el tercero de Romario fue hecho con solo estirar displicentemente la pierna derecha. Mientras los excitados jugadores tricolores bailaban el Jarabe Tapatío, Romario bailaba cadenciosamente el Lago de los Cisnes.

Y todavía Romario dedicó sus dos goles a la afición tapatía y a todo México, algo que ninguno de los jugadores mexicanos se ha dignado jamás hacer. Los jugadores mexicanos copean a Romario su estilo de persignarse al meter un gol, original estilo que impuso desde hace muchos años, pero ninguno le copea sus suaves maneras con el público. Ni para imitar tenemos gracia.

Muchos técnicos ningunean a Romario por flojo y por levantarse tarde debido a sus trasnochadas, lo que le ocasiona pereza para practicar. Pero del talento de ese hombre han comido durante años más de un entrenador nacional brasilero y hasta el propio Cruyff en el Barcelona. Dicen que "está loco" y altera la disciplina de grupo con su parsimonia. Pero si yo fuera su técnico, por mi que no entrene y que el día del juego se vaya directo de la cama al estadio. Un goleador es para que haga goles, no para que mantenga "disciplina de grupo." Los genios se cuecen aparte.

Y cuando en el Mundial de Francia su técnico expulsó a Romario de la selección y además lo exhibió regresándolo a Brasil, el baboso también lanzó la Copa por la cañería del toilet y le arruinó la fiesta a todo un país. Hay técnicos imbéciles que creen que sus intereses son más importantes que los de su propia patria.

Desgraciadamente, nadie comprende a los fuera de serie. Y Romario es un incomprendido fuera de la cancha, pero dentro de ella es un dios en zapatos de fútbol. Ojalá no se convierta en técnico cuando se retire, pues se moriría de aburrimiento.

Pero a mi, aparte del juego de Romario, de la selección de fútbol de Brasil no me gusta nada.

La Brasilmanía que pone clueca a la naquiza mexicana que asiste a los estadios para apoyar a Brasil es obra y gracia de Televisa. Del desaparecido Tigre pues, de Azcarraga Dos, y de algún otro despistado columnista de fútbol ladino que le sirvió de palero al neurótico berrendo hace 31 años. Todo porque lo que el Tigre quería, sus lacayos adoraban. Y el Tigre amaba a Brasil, así que día y noche chingaban en Televisa y en el Esto acerca de los "superhombres" de Brasil.

Y así le pagaron los amazónicos al pendejo Tigre después que les metió en la cabeza a los aficionados mexicanos su propia admiración por los brasileños. Fíjese: Azcarraga también le pago a Pelé un millón de dólares para que el jugador con cara de máscara de Halloween "comentara" el Mundial de España por los micrófonos de Televisa en portugués-borucas-espanhol, lenguaje que yo jamás le entendí. Despuecito del Mundial, el malagradecido brasilero fue a los Estados Unidos y junto con el panzón Kissinger fueron personalmente a la FIFA buscando quitarle el Mundial 86 a México (pegándole en el mero bolsillo al Tigre) a favor de USA.

Cría cuervos...

Y ni mencionemos el affaire del hotelazo sede de los tricolores en Francia cuando el Mundial allá, que los mañosos verde-amarillos le ganaron al desesperadamente calmoso Bora, al babas Kiese, y al naco Burrillo.

Y gracias a Azcarraga-2, es hora que algunos despistados aficionados mexicanos todavía hoy se creen brasileros. Y los televisos se quejan ya de que en vez de apoyar a la selección nacional, esos aficionados le echen porras a Brasil en mero suelo mexicano. Eso querían los títeres "líderes de opinión." Sembraron admiración por un equipo extranjero y ahora el público abuchea a la selección mexicana. Se cosecha lo que se siembra. Y los tarugos cosechan tarugadas.

Decíamos entonces que en el Jalisco los goles de Romario desmadejaron una probable victoria mexicana, pero no me parece tan malo el empate. Después de todo una victoria del tricolor hubiera sido falsa, producto de un espejismo. Capaz que ahorita ya estuviera el inflado Luis Hernández otra vez con su estúpida cantaleta de que México le puede ganar (regularmente) a cualquiera de las grandes selecciones del mundo. Eso es mentira, y le voy a decir por qué.

(Escribe, que algo queda: Recordemos que los ladinos en México tienen bajo su control los poderes de la Iglesia, el Gobierno, el Ejército, los 3 partidos políticos, la educación, la Banca, y los monopolios del comercio organizado. De manera que entender como funciona la selección, es entender como funciona todo en este país. Vea también como funciona la propaganda ladina: Habrá usted notado que Orvañanos prácticamente no dijo nada en su programa de televisión dominical sobre la derrota de México en Ohio, pero de seguro se desgañitará el próximo domingo sobre el empate con Brasil.)

Hablemos entonces de la selección mexicana actual, para no meternos en broncas de selecciones pasadas.

La selección la comanda Meza, un cuate que sabe mucha teoría de fútbol, pero que en la práctica no da una. El Ojitos Meza debiera mejor ser comentarista de fútbol. Así de sabio andaba Jesús Bracamontes: Muy buen comentarista en Univisión, pero en cuanto se fue al Guadalajara para aplicar sus teorías que tan bonitas se oían por la tele, pitó como chango y lo corrieron. O como dice la gente, "Del dicho al hecho, grande es el trecho."

(Bracamontes es el mismo ingenuo que se asustó cuando le insinuaron que para ganar un juego internacional la Chivas habían de pagar un dinerito para el árbitro. Parecen primerizos los técnicos mexicanos. Quizás lo son.)

Meza, decíamos, es todo menos un buen líder de grupo. En lugar de ser general, Meza es el clásico chingaquedito ladino: muy amable en público, pero con una puya bajo la manga para clavárselas a los jugadores cuando nadie lo ve. Analicemos entonces la situación del tricolor para saber por qué la selección no saldrá del bache solamente porque empató un amistoso con Brasil.

1. Meza dijo después del juego México-Brasil que la buena actuación del delantero De Nigris y de Oswaldo, "no necesariamente" les ganaron su repetición en el cuadro titular.

Claro que no, todos sabemos que para ganarse un puesto con los técnicos ladinos mexicanos hay que ser mal jugador y perder juegos. Eso les garantiza la continuidad. Pues se trata de perder, no de ganar. Si pierden, los directivos pagarán menos primas a los jugadores y éstos no podrán pedir aumentos en sus contratos con sus respectivos equipos. Al cabo que Televisa gana de todos modos con la publicidad pre-vendida.

2. Zepeda hizo un partido bastante aceptable contra Brasil, considerando que Meza insiste en ponerlo a jugar en posición diferente a la que domina. Defendió y atacó, y todavía se dio tiempo para hacer disparos directos al marco y para ponerle a De Nigris medio gol con estupendo pase para que el regiomontano se luciera. żY cómo le pagó Meza? Sacándolo. Y en vez de al menos darle una palmadita de aliento, le dijo al abandonar el campo que lo sacaba porque "Ya no subes y bajas como te ordené." Hágame el cabrón favor, ni que el atlista fuera robot.

Porque un general está para premiar a sus guerreros cuando hay resultados positivos, no para castigarlos cuando ganan como hace el güey de Meza.

La estrategia china dice "El buen general premia a los valientes y castiga a los malos." Meza castiga a los buenos.

Una anécdota militar china cuenta que a una madre le dijeron que su hijo había sido herido en batalla y que cuando la herida se le infectó, el general en persona le abrió la herida con un cuchillo, le chupó la pus para limpiarla, y de su propia capa le hizo un vendaje limpio. Al oír eso, la mujer rompió desconsolada en llanto, y cuando le preguntaron por qué en vez de alegrarse se lamentaba, respondió: "Es que con ese acto el general se ganó para siempre la gratitud de mi hijo, y en la próxima batalla de seguro morirá por el."

Pero los técnicos mexicanos ladinos como Meza no entienden de esas cosas. Ellos están ahí porque le sirven de rodillas al Multiplicador de Caca, Azcarraga Tres. Nada saben de manejar sicológicamente a sus tropas. Ni necesitan saberlo, pues logran sus puestos por dedazo, no por su talento.

3. Meza echa al equipo atrás en cuanto meten un mísero golecito, lo que siempre provoca que el adversario se le eche encima y le empate o le gane. Por eso los jugadores hacen tanto pase lateral y hacia atrás, porque los técnicos de la selección son timoratos. Individualmente los jugadores actuales no son ratones. Ratón es el técnico.

4. Hacer cambios durante un partido de fútbol es una de las partes más complejas del juego. Su importancia no es debidamente apreciada por los técnicos mexicanos porque no hay quien se especialice en enseñar este factor. Los cambios más oportunos se los he visto hacer a Carlos Miloc, técnico uruguayo-mexicano. Los peores cambios se los he visto hacer a los técnicos ladinos mexicanos de la selección. Nada más repase el inoportuno y de pilón innecesario primer cambio que el temeroso Meza hizo en el juego México-Brasil, y notará que eso provocó el primer gol brasileño.

5. Si México califica al Mundial no será gracias a Meza. Cuando le preguntaron en entrevista si México calificaría al Mundial dijo que si, pero sus movimientos corporales dijeron que no. O sea, el sabe que la calificación no depende de su talento personal.

6. Los televisos Orvañanos y Domínguez Muro están chinga y chinga que los jugadores del Atlas no carburan en la selección, pero no dicen que Meza los pone a jugar en posiciones distintas a las que acostumbran en su equipo. Pero los títeres del micrófono tienen que fabricar culpables para que nadie note al verdadero responsable del desmadre que sucede en la selección: El Multiplicador de Caca.

7. Todo alrededor de la selección es a base de compadrazgos. Ahora los televisos quieren en la selección al veteranísimo jugador del Puebla, García Aspe, solamente porque es cuñado de Peláez, el nuevo "analista" de Televisa en fútbol.

Peláez fue magnífico jugador, pero sus méritos para ser televiso son el ser un lambiscón ladino de primera. Supo colaborar a tapar la cloaca que se iba a destapar cuando algunos jugadores descubrieron que Azcarraga los premiaba con la "amistad" de estrellitas judías de Televisa. Como contador que es, Peláez sabe cuántos son dos más dos, y sabe muy bien a quién hay que lamberle los zapatos: A Azcarraga Tres. Por eso es títere teliviso.

Pero eso no quiere decir que nosotros también tengamos que soportar en la selección a Aspe, neurasténico y anciano atleta cuyo único "mérito" fue haber fallado aquél penal crucial en el Mundial de los USA. Pero así se hace todo en México, puros compadrazgos, amiguismo y nepotismo entre los ladinos mangoneadores.

Usted calcule entonces si la selección cambiará o no con el empate con Brasil. Los cambios de técnico son como los cambios de presidente en la nación: cambios para empeorar solamente.

Porque le diré exactamente lo que ocurrió en el Jalisco: La selección mejoró al jugar contra Brasil porque así es siempre en las contiendas disparejas. La estrategia china dice: "Cuando un rival inferior se enfrenta a uno superior, el inferior se sublima y puede acabar derrotando al superior."

Ése principio lo vemos en todo el quehacer humano. Por ejemplo. Un campeón mundial de boxeo puede buscar una pelea fácil con el hijo del cubetero nomás para ganarse unos dolaritos, pero el Don Nadie le puede poner los ojos moros a manotadas porque por una vez en su vida se sublimará.

Por eso el empate ante Brasil no significa nada: Cuando los jubilados tricolores jueguen contra los brutos de la CONCACA-F volverán a ser los maletas de siempre, pues los adversarios jugarán contra México como nunca. Y México no tiene técnico nacional capaz de resolver este crucigrama.

He dicho.


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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Copyright © 2001, Francisco J. Vargas