Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #118: La Ignorancia es Atrevimiento

Dice la gente que "La ignorancia es atrevimiento." Los más piensan que tal principio indica que el ignorante arriesga la vida porque no sabe qué es la muerte. Pero la realidad es menos rebuscada: Simplemente indica que los criminales apabullan a sus víctimas porque éstas son ignorantes.

La ignorancia propia, entonces, inevitablemente provoca atrevimiento en otros. Ejemplo. El pueblo mexicano en general es ignorante de sus derechos civiles y por eso los gobernantes ladinos se atreven a maltratarlo.

Piénselo. ¿Cuántos mexicanos creé usted que tienen una copia de La Constitución, y la leen? Pocos. En cambio, la mayoría tiene catecismos y biblias. Así no se puede progresar, por eso estamos como estamos al dar la gente prioridad a lo secundario.

Si a lo anterior le agregamos que los jueces, legisladores y magistrados ladinos son corruptos, malditos y antipatriotas, entenderemos por qué los militares del (des)Honorable Ejército mexicano secuestran, torturan y asesinan sin temor a ser castigados.

Tradicionalmente los sardos mexicanos no le rinden cuentas a ninguna autoridad civil, mucho menos a la nación. Les pagamos para que nos maten y aterroricen.

El resultado es que cualquier adolescente bravucón y tarado sueña con ser chango verde, pues los matones militares tienen ilegal poder de vida y muerte sobre la ciudadanía.

Si. En esta adorable dictadura mexicana, desde el presidente hasta el último alcalde de villorio tiemblan y se zurran ante los fusiles militares.

Los gobernantes saben, pero lo olvidan convenientemente, que la Constitución establece claramente el verdadero papel del Ejército en la sociedad. De manera que el Ejército es tan poderoso que tiene a innumerables militares "con licencia" trabajando de matones y torturadores en cuerpos policiacos municipales, estatales, y federales. Esa pinche licencia es un burdo, ilegal e insultante truco para permitirles a los militares continuar vejando mexicanos desde corporaciones civiles. Y no he escuchado a ningún legislador, gobernante o magistrado, mucho menos al emérito catedrático ladino, corrupto y pro-Ejército Ignacio Burgoa, cuestionar la legalidad de la mentada licencia a los militares.

Los bárbaros micos verdes mexicanos ya tenían "licencia para matar" desde mucho antes que el ficticio Agente 007 británico obtuviera la suya, así que su dominio sobre el país está debidamente arraigado. Tanto así, que hasta Creel, el actual secretario de Gobernación panista, camina de puntitas frente a los militares y ha tenido que dar grotescas explicaciones a los generalotes verdes a ver si "entienden" las razones de Fox al ordenar el retiro unos metros a la tropa en Chiapas.

Visto está entonces que los generalotes nunca van a permitir la paz civil en México, pues a río (político) revuelto ganancia de sardos.

Baste decir que el mero día de la toma de posesión de Fox, unos "rebeldes" con facha de militares disfrazados irrumpieron en un poblado proclamando ser dizque guerrilleros. Ése fue claro indicio que los militares no reducirán el número de soldados que tanto dinero les deja a los generalotes. Al contrario, exigirán más efectivos.

Diga lo que nos diga Fox, el, al igual que los anteriores presidentes, terminará haciendo en Chiapas lo que le ordenen los generalotes.

También los llamados "escuadrones de la muerte," bandas de facinerosos protegidas por el Gobierno y dedicados a intimidar y matar indios para beneficio de ladinos, están compuestos y/o entrenados por militares.

Aunque claro, la PGR, el Ejército, y la Policía son prácticamente escuadrones de la muerte con otro nombre, pues ya sea con el cuento del narcotráfico o por sus puros güevos, arrestan y asesinan impunemente a ciudadanos.

Hasta sufrimos ahora a un procurador militar haciéndola de Fiscal General de la Nación, únicamente porque es pariente político de Fox. Hágame favor. Pero todo esto es reflejo de la barbarie habitual del Tercer Mundo, usted sabe.

En Jalisco, tierra de panistas promotores de autoridades criminales, el gobierno blanquiazul ha reclutado militares y los ha vestido de judiciales para asesinar y desaparecer sospechosos a placer y sin tener que recurrir a engorrosos trámites judiciales. Gran número de ciudadanos tapatíos han sido secuestrados por policías con apariencia de militares y luego asesinados.

Pero policías y sardos criminales los hay en todos los estados del país, exhibiendo envidiable eficiencia en desaparecer ciudadanos. Son los herederos de Hernán Cortés y su pandilla de matones gachupines, así que no pueden sustraerse a dejar víctimas con la marca de los changos verdes: torturados, atados de pies y manos con cinta canela y con el tiro de gracia en la sien. Eficiencia, por cierto, digna de mejor empresa, pero ya sabemos que los ladinos mexicanos sólo son creativos cuando se trata o de robar o asesinar indios. Su cerebro, compuesto de masa fecal de primer grado, no les permite inventar cosas positivas que mejoren a la sociedad entera. Ya pueden esos trogloditas presumir de títulos universitarios en leyes, literatura, filosofía y lo que sea, pues la realidad es que siguen siendo animales en ropas. Ya sabemos que aunque la mona se vista de seda.........

Todo ese atrevimiento de autoridades civiles y militares matonas y ese abuso de gobernantes priístas, perredistas y panistas es el resultado de la ignorancia del pueblo en cuanto a sus derechos republicanos. Es el resultado de un sistema educativo mexicano medieval, de una religión católica de charros negros maricones, engañadores y encubridores, de tener profesores universitarios ignorantes y corruptos, y de sportar medios informativos cómplices de los ladinos. Pero más que todo, es el resultado de que el ciudadano mexicano común sea medroso.

Porque individualmente somos agachones, borregos de líderes sindicales y políticos, pero en bola somos bravucones sabatinos en cantinas y estadios de fútbol, somos contritos comulgadores dominicales, machistas briagos y golpeadores de esposas, hijos y vecinos metiches, sabios en boxeo, luchas, toros y fútbol, y sobre todo somos colmilludos conocedores de nalgas femeninas. Pero ya sea individualmente o en parvada también somos, desgraciadamente, incapaces de sacar a los ladinos de Los Pinos e imponer a verdaderos mexicanos en el poder.

En pocas palabras, por ignorantes nos merecemos que los atrevidos ladinos nos pateen el culo las 24 horas del día.

Viva México.


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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Copyright © 2001, Francisco J. Vargas