Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #115: La Estúpida Descortesía de Fox

El lado más horrible de los ladinos mexicanos es que son mentirosos, intolerantes, soberbios y maleducados. No entienden el significado de la reciprocidad y creen que el mundo fue creado especialmente para ellos. Por eso no respetan los derechos y la dignidad de los demás. El nuevo presidente ladino, el Yoyó Fox, no es la excepción. Basta observar su mala conducta pública para adivinar sus ocultas intenciones.

Según la filosofía china, cuando los hombres bajaron de los árboles y empezaron a comunicarse entre si y a vivir en comunidades, nació la ética y la necesidad de imponer el principio de Precedencia. Cuando hay dos o más personas juntas, la cortesía y el protocolo nos permiten entender con exactitud quién manda y quién obedece, quién es maestro y quién es estudiante, quién es superior y quién es inferior. Pero siempre haciendo las cosas con cortesía, dando su lugar y su valor a los demás, a menos que ellos den muestra fehaciente de no merecer tal trato.

Veinticinco siglos atrás, Confucio estableció oficialmente un sistema de conducta social basado en el razonamiento, en el significado exacto de las palabras, en que cada cosa tiene su propio principio. Por ejemplo: El Estado no es Religión, la Religión no es Estado. Si la naturaleza del fuego es quemar y la del agua es enfriar, entonces el ser humano debe tratar a los animales exactamente como a animales, y a las personas como personas. Si hay gentes que se comportan como animales, bueno, pues entonces hay que tratarlas como animales, pero primero hay que aplicar la justicia con el equilibrio exacto de la balanza. Si alguien me invita a comer, yo debo corresponder a esa persona con otra invitación similar o mejor. Pero si me da una patada, debo ser justo (y listo) y darle otra patada igual o peor. Nada de poner mejillas, pues eso no es ni justo ni inteligente. Y si la pasividad no es una virtud, tampoco lo es la falta de agradecimiento.

Confucio dejó claro también que los detalles de las cosas son tan importantes como las cosas mismas, e instituyó el protocolo de la política, ritual y reglas a seguir por gobernantes y ministros en países civilizados.

De hecho los chinos llamaban "bárbaros" a los diplomáticos europeos precisamente porque su conducta social no era muy refinada. En un incidente político hace como dos siglos, un representante de la monarquía inglesa arribó al sur de China por barco y pidió una entrevista con el emperador, pues traía un mensaje de su reina para el mandamás chino. La comunicación hasta la lejana capital, Pekín, era necesariamente lenta y el británico tuvo que esperar meses por la respuesta a su peticion. Mientras tanto, los gobernantes locales lo trataban con muchas atenciones pero le advirtieron que en China el protocolo de Palacio dictaba a todo mundo postrarse ante el emperador. Era esa conducta de rigor y no habia excepciones, ni para chinos ni para extranjeros. El inglés dijo entender el requisito, y eventualmente llegó la autorización para la entrevista. En atención a su rango político, de Pekín llegó un palanquín (de cuatro cargadores) para transportarlo a hombro pelón desde la orilla sur del imperio hasta la capital. Y así viajaron por meses, hasta que arribaron a la capital. El emisario, sobra decirlo, llegó descansadito, aunque la historia omite mencionar el estado físico de los cargadores que transportaron tamaño animalón anglosajón. Ya ahí, en la meritita antesala al trono, un oficial chino le recordó al visitante mientras este se vestía de gala, que en cuanto estuviera frente al Primer Hijo del Cielo debía arrodillarse y tocar el piso con la frente. Pero inesperadamente el soberbio emisario inglés contestó rudamente que el solamente se hincaba ante su propia reina. El sería, creyó, el primer extranjero que fuera recibido de pie por el emperador pues ya lo habían cargado los chinos por miles y miles de kilometros, y para eso Inglaterra era por esos días la soberana de los mares. Finalmente, al ver que el visitante no tenía intención alguna de cumplir con el ritual protocolario, el oficial ordenó bruscamente que se regresara inmediatamente al inglés por donde lo habían traído, sin entrevistar al emperador. Y a patín esta vez, pues no demostró merecer más consideraciones (y su reina no estaba ahí para cargarlo en hombros). Así se hizo, pues el orden debe prevalecer y en el protocolo no hay espacio para devaneos personales. Cuando Inglaterra mandó después a otro emisario, éste ya venía listo con sus rodilleras.

Aunque con el tiempo los extranjeros aprendieron a fondo el sistema protocolario chino y hoy los gobiernos europeos tienen reglas bastante decentes, ese conocimiento de alto nivel nunca llegó a México. Por eso los brutos reyezuelos-presidentes mexicanos y sus matones, digo sus ministros, van a la universidad (¡imagínese si no fueran!) pero su conducta deja mucho que desear. Hoy mismo actúan igual que los primeros gachupines que pisaron estas tierras siglos atrás. Así actuó Hernán Cortés, así actuaron todos los virreyes, así actuaron los presidentes priístas en bola con sus secretarios de Estado (legisladores alcahuetes incluidos, nomás vea el intolerable circo que le hizo el ebrio Eduardo Andrade a López Dóriga en Televisa y que debería ser causa de sanciones en la Camara pero no lo será), y así empieza ya a actuar Vicente Fox.

Naturalmente.

¿Se acuerda que anticipé aquí que Fox es un mentiroso redomado? Pues ahí está la confirmación: Anda saltándose todas las trancas protocolarias que encuentra. Primero aparenta el que todo lo va a hacer bien, pero al último segundo rompe las reglas establecidas y creyéndose más listo que los demás, hace lo que le viene en gana. Y no es cosa de verlo como tarado delincuente infantil pitorreándose de la autoridad: Hace lo que hace a propósito y para satisfacer su debilidad principal de engañar a otros para demostrarse a si mismo que es el Número Uno.

No esperaba menos del Yoyó Fox, conste, así que hagamos una recopilación de sus primeras burradas en sus primeras horas de dictadura. Y pensar que le quedan 6 años de kinder a este hombre con cerebro de niño......malo.

(Y si no le parece a Fox que lo critiquemos, entonces que evite repetir sus tarugadas en el futuro, o que se regrese al hoyo, digo al rancho de donde salió. No tiene alternativa, pues las regañadas con que Fox y su minúscula vocera de prensa amenazan a quienes se salgan del aro me tienen sin cuidado.)

Es mi opinión entonces, que primero veremos un elefante volar que ver a un presidente mexicano comportarse con decencia. Lo malo es que Fox superó ya en derrapadas protocolarias a todos sus antecesores en el trono de tres colores. A ver.

1. La querencia (en su lenguaje ranchero) de Fox se inclina fácilmente hacia el engaño a otros. El presidente explota la ingenuidad de la indiada, y de paso le hace indebida propaganda a la Iglesia católica, presentándose los fines de semana a comulgar violando voluntariamente las reglas de la Iglesia acerca de no permitir comulgar a los divorciados. (Lo mismo hacen los charros negros que le dan la comunión indebidamente.) Pero claro, Fox sigue el siniestro plan del Popis: Quiere enternecernos y ganarse indebidamente la lealtad de los ciudadanos, y hacer al mismo tiempo fuerte a la Iglesia, pretendiendo ignorar que en este país la religión del presidente no debe ser religión de Estado. Lo que Fox hace ahorita es mezclar taimadamente religión con política tratando de ganarse el afecto del pueblo con burdas faramallas y no con buenos actos de Gobierno.

2. El día de su coronación, el primer acto de Fox fue hacer su acostumbrado show populachero e ir a comulgar a la Basilica de Guadalupe, donde lo esperaba arrobada la indiada. Y los medios también esperaban, pues los curas se habían encargado de avisar con antelación a los católicos capitalinos para que fueran a hacer bola.

Ahora bien: A mi no se me tambalean los aretes porque Fox comulgue. Lo inaudito es que lo haga con el enjambre de grabadoras y cámaras de televisión a unos centímetros de su boca en descarada propaganda a un Estado extranjero, El Vaticano, y recibiendo arrodillado la hostia de manos de agentes extranjeros con lealtad jurada al Papa.

Es también inaceptable que Fox haga gala de su inquebrantable lealtad a un sistema religioso extranjero precisamente a minutos de rendir protesta como presidente del país en que nació. Pudo ir a la Basílica después de la toma de protesta.

Haber dado a la Iglesia primordial importancia fue un error de Fox en todos los niveles: Como ciudadano porque su país está primero, como gobernante porque igualmente se supone que su país está primero, y como creyente porque el Estado está antes que la propia religión. Sin país Fox (y cualquier ciudadano) no tendría casa, y sin casa no tendría religión. De manera que su descortés acción siendo presidente de México no solo es un error, sino una forma de ningunear la Patria. Fox muestra estupidez al ignorar la diferencia entre Religión y Estado, y también al hacer mofa de los principios de precedencia.

(Apropos: Por esa misma razón los padres de niños de sectas religiosas distintas están equivocados al pretender evadir rendir homenaje a la Bandera antes de empezar clases en las escuelas públicas, con el cuento de que su religión les prohíbe tal cosa y que dizque obligarlos a esa ceremonia es discriminación. Porque sucede que para cualquier ciudadano primero debe estar el país, ya que aquí vive, y es su obligación aprender a defender su patria con su vida y su sangre. Esta obligación está antes que sus creencias religiosas. O sea, primero es la patria y después la religión. No se le impide tener fe, pero eso es algo distinto y ante la patria todos somos parejos. Por eso la educación religiosa en las escuelas públicas es una estupidez y todos los niños, ateos o cristianos, deben antes que nada rendir honores a la Bandera en escuelas públicas o privadas. Punto.)

Si le rascamos, veríamos que Fox no hizo el servicio militar obligatorio y por eso no entiende el significado de servir secretamente a un país extranjero como El Vaticano siendo presidente de México. ¿O díganme, dónde hizo su servicio militar Fox? Y dónde lo hicieron sus ministros, pues todos ellos y Fox dicen amar a México.

Y a su manera, traidores a la patria son también los medios de comunicación que, como Televisa, extienden las maldades y mala educación de Fox y pandilla y las presentan como virtudes. Tuercen la verdad a cambio de las pinches concesiones y licencias que necesitan los ladinos televisos para operar su próspero monopolio. Ése es precisamente, el problema de tener ladinos en el poder mediatico y cuya patria es Israel o Espanha. A México lo consideran únicamente territorio conquistado, filón de riquezas a explotar únicamente por ellos.

3. Ya después de su show en la Basílica, en plena sesión del Congreso General para rendir protesta como presidente, Fox volvió a demostrar que o está inconsciente de su investidura, o es un baboso de medallón. Como si estuviera en un partida de dominó y entre cuates, Fox empezó su perorata dirigiéndose a sus hijos antes que a los miembros del Congreso, como manda el protocolo. Ésa fue otra muestra de la proclividad de Fox a violentar el orden precisamente cuando iba a protestar cumplirlo. Muestra también lo marrullero del carácter de Fox, de su desprecio para la autoridad, algo que no hubiera hecho si hubiera estado leyendo el catecismo pues a los curas les besa el anillo de hinojos. Para el, los curas son más importantes que los congresistas y los mexicanos todos.

4. Al rendir protesta como cabeza del Ejecutivo, Fox "extendió" el texto del Artículo 87 de la Constitución, incluyendo absurdamente una mención a los pobres y los marginados solamente para pitorrearse del protocolo. Este payaso es el nuevo presidente de México.

5. De pilón, Fox no sólo es maleducado sino hasta languarico y machista, como corresponde a todo buen católico que cada semana queda limpio de sus pecados al confesarse para comulgar. Lea esto: A la salida de su singular demostración de soberbia e ignorancia ante el Congreso, una senadora le reclamó justamente a Fox su mala educación frente a los congresistas, y el grandísimo cabrón o el nuevo presidente, como usted guste, le respondió que eso era nada pues ¡en el futuro lo sería más! No solo le faltó al respeto por partida doble a una dama y representante del Senado, también nos faltó al respeto a los mexicanos al declararse dispuesto a cagarse en las cabezas de todos únicamente por ser presidente.

Queríamos cambio, ¿no?

6. Al terminar la coronación de Fox, la hija iba parada a la derecha del presidente, en automóvil descubierto, saludando fuera de si a la multitud que aplaudía al mandatario. Eso es una exageración, puesto que los electores no votaron por ella. Excesos de ese tipo no son buenos. Lo del crucifijo dejémoslo como simple tarugada.

7. Dirigiéndose a sus estupefactos súbditos, Fox dijo esto: "¡No se vale decir que no a los nuevos impuestos!"

La República ha muerto. Viva la Monarquía.

Pero queríamos patrón panista. A ver hasta cuándo aprende la gente que los ladinos nomás llegan al trono a cosechar dinero. Ésa es su única función. Y Fox y sus piratas están más hambreados que los pillos priístas.

8. Fox tiene complejo de cura y de reyecito: Quiere rebautizar todo. Ya le cambió el nombre hasta a Los Pinos y le puso nombre de mesón: La (falsa) Casa del (dizque) Pueblo.

Imagínese si cada nuevo presidente gringo le cambiara el nombre a la Casa Blanca.

9. Fox tiene en su mente la realidad al revés: A los periodistas que le hicieron alguna insulsa critica el emperadorcito les advirtió, con gesto adusto y levantando la ceja para asustarlos más, que se habian despachado "con la cuchara grande." Pero ante los cuestionamientos de los medios acerca de la gravedad de la corrupción en militares ante los dólares del narco, el presidente utilizó aquí su máscara bondadosa y dijo que no era nada, que esos militares criminales y traidores a la patria y al uniforme del Ejército mexicano son solamente "prietitos en el arroz."

Ah, vaya. ¿No hay para que preocuparse entonces?

¿Y qué fue lo hizo cambiar a Fox de actitud con los militares?

Pues que los arbitrarios militares mexicanos son taimados y saben como darle masaje a la vanidad de civiles imbéciles. Así como los nuevos jefes de policía y aduanas encuentran un sobre retacado de dólares en su escritorio su primer día de labores, así los prepotentes generalotes verdes se les cuadran reverentemente y les dan serenata con cornetitas y tambores a los nuevos presidentes y éstos instantáneamente se vuelven niñitos y se mean en los pantalones con el ruidajo. Quedan listos ya para tomar la imagen del Ejército, que tan bonito los adula, como la suya propia.

De ahí en adelante los presidentes comen de la mano de los sardos y les permiten impunidad total. Porque si no lo hacen, ¿quién les tocaría la cornetita? ¿Quiénes les rendirían honores, le inclinarían la bandera, les volarían avioncitos y desfilarían frente a ellos? Ni modo que sus viejas. Porque para dorarle mejor la píldora, a Fox hasta le permiten los guachos que su vocera de prensa desfile en un carro atrás del vehículo en el que suben a Fox. Y el reyecito feliz, como amigocho con zapatos nuevos.

Citaron, digo invitaron los generalotes a Fox a un desayuno en el Horrible Colegio Militar. (Si usted ya ha estado ahí, sabe a qué me refiero.) Hubo ese día desfiles militares de todas las armas, juramentos de lealtad escalofriantes, marchas de todos los machos, himnos bélicos entonados por cadetes, enmielados discursos de los generalotes, etcétera.

Quedó tan azorado Fox con el circo militar y con las protestas de lealtad de los militares al nuevo Comandante Supremo, (la experiencia de los sardos, usted sabe) que el presi dijo sentir "gigantesco orgullo," y otras enternecedoras palabras de elogio a los matones con cachucha. Y eso que no le prestaron una gorrita de general con estrellitas, nomás para que se diera un quemón.

Bueno, estaba el supremo tan apendejado, que ¡se les cuadró a los cadetes!

En ese momento todos estaban felices, ni quién se acordara de las matazones de civiles a manos de los sardos, ni del dolor de las familias de las víctimas de la barbarie uniformada. Hasta había de viajar Fox seguido al exterior para que haya más oportunidad de que los militares le hagan a su regreso honores, desfiles y redoble de tambores. Ya se vio que eso le gustó y a eso le dio importancia (sin tenerla).

No es de extrañar pues que los generales narcos son ya para Fox únicamente "prietitos en arroz." Criminales los periodistas que lo critican y no le hacen desfiles, ni le tocan música marcial.

Qué frágil es la mente humana.

Sin embargo, encuerado y sin la banda tricolor al pecho, un presidente de mente hueca es tan común como cualquier otro hombre, sea ministro, generalote, juez. Pregúntenle hoy a LEA, a MMH, a JoLoPo, CSG, a Zedillo, que también escucharon los (para ellos) dulces sonidos de las bandas de guerra pero hoy los militares ni los pelan.

En fin.

Visto todo lo anterior, el futuro no pinta nada bien para la mexicanada, a pesar de las descaradas lambidas de burro que le están dando a los panistas en Televisa, la empresa del Multiplicador de caca, Azcarraga Tercero.

Pero que cada quién haga lo que guste frente al sadismo panista ladino. Yo nomás digo que sin rituales chinos los panistas nos dejarán totalmente encuerados. El no responder a los ataques del enemigo llevan directamente al eventual y total sometimiento, así que si la ciudadanía no les amarra a tiempo las manos a los avariciosos panistas, nos esquilmarán todavía más que como lo hicieron los priístas.

Dicen en mi pueblo: "Hombre prevenido vale por tres."

Por algo lo dirán.


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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