Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #112: El Venado que se Creyó Mastín

Es espeluznante la pasividad de 95 millones de mexicanos frente al racialmente anacrónico gabinete ladino-judío-criollo de Fox. El tal "gabinetazo" adolesce totalmente de indios y mestizos en el reparto de huesos, digo de secretarías de Estado.

Concluyo entonces que los descendientes mexicanos de los conquistadores gachupines se atienen a que ningún nativo percibimos la verdadera diferencia étnica entre ellos y nosotros. Creen que nunca se los reclamaremos. Al fin que precisamente para ser tarugos y agachones, y para eludir reclamar lo que es nuestro, nos han dizque educado "maestros" y curas. Es el maléfico desguanzo oficial y religioso impuesto en los conquistados para ellos dominarnos a su gusto..

Por algo todos los dizque "héroes" mexicanos --Hidalgo, Morelos, la Corregidora, Juárez, los dizque "niños héroes," el Tata Cárdenas,-- son criollos y ladinos. ¿Y no es acaso Jesús (el de los altares) de blanca piel y ojo claro, el prototipo exacto del ladino-gachupin? Ya hasta Juan Diego se metamorfoseó en ladino de rubia cabellera y azules ojos según la ultima mariguanada de los codiciosos obispos católicos, tercos en tatuarnos mentalmente ese modelo racial "superior" del conquistador.

¿Entonces por qué y para qué, se preguntará Fox, tendría que abrir espacios en el Gobierno a la indiada, si no sabemos ni quiénes somos nosotros mismos?

En cambio los 5 millones de ladinos mexicanos si aprenden puntualmente desde la niñez que ellos son la clase dominante y la indiada somos sus esclavos. Para ellos está muy claro que un indio, un mestizo y un ladino no están en el mismo nivel social-económico-intelectual. Los ladinos están arriba de todos los demás. Tan es así, que no hay peor insulto para un ladino mexicano que decirle "indio," aunque sea de broma. Así me divertí yo en la infancia, haciendo enojar a mis compañeritos de escuela al decirles en voz alta la terrible, ofensiva y humillante (para ellos) palabreja: "Indio." (Hoy ya nada más les digo lo que son: Ladinos-gachupines.)

Pero. A punto que estamos los no-ladinos de reescribir la historia de Mexico, aunque muchos ni cuenta se han dado, vamos a mencionar un método para saber quién es mexicano aunque no quiera, y quién es ladino aunque no lo quiera. Saque luego sus cuentas, porque esta diferencia racial le podría salvar la vida un día.

Actualmente, envidiosos del preponderante lugar que tienen los ladinos en la escala económica e influenciados por películas gringas, los mestizos mexicanos usualmente se avergüenzan de su parcial origen indígena. Ya nomás tiene alguien un poco deslavado el pellejo, aunque tenga los pelos de alambre, y mira de reojo (de "tranchete," dicen en mi pueblo) no solamente a la indiada, sino hasta a otros mestizos de piel más oscura que el.

Todo porque nacer prieto en México es presagio de nacer con mala estrella economica, es quedar fuera de los altos niveles económicos y politicos. Pregúntenle si no a Fox, y a todos los reyecitos-presidentes priístas que nunca incluyeron no-ladinos en sus reinados. Ni indios ni mestizos tenemos acceso a las puertas de ningún tipo de poder bajo control ladino.

Lo malo, especialmente para los mestizos con pretensiones, es que los ladinos siempre serán ladinos aunque sean nacidos en México de segunda, quinta o sexta generación pues siempre se casan entre ellos. Es la llamada "pureza de sangre" ladina-judía que tienen que demostrar antes de que el cura (los vaticanos están en el ajo) acepte unirlos en matrimonio. Eso les da a los ladinos mexicanos de cada generación, hoy son 5 millones, el privilegio de gobernar y mantener monopolios de todos tipos. El resultado lógico es que tienen el control económico, religioso y militar del país entero.

Si usted no es ladino, sépalo que los mejores negocios y monopolios en México están vedados a quiénes no tengan "pureza de sangre." O sea, vedados a indios y mestizos, pa'que me entienda. Negocios como el Cine, por mencionar algo. (O a poco piensa usted que nomás porqué María Félix portaba cananas en una película ya no es ladina.) Negocios como la Literatura. (Dígame si Carlos Fuentes o Enrique Krauze, apasionados y declarados hispanófilos, le parecen a usted indios o mestizos.) Negocios como los medios de comunicación. (Se fue Zabludowsky de 24 Horas en Televisa y llegó otro ladino, Ortega, y se fue el y llegó otro "pura sangre," López Dóriga.) Negocios como el Teatro, y la Farándula, y los cantantes (dígame el nombre de un solo cantante de cualquier género musical que no sea ladino), y la Fiesta Brava, y el Fútbol, y el Ejército, y el gobierno en general. En el único lugar donde no hay muchos ladinos es en el boxeo, porque los golpes duelen. Pero ahí está el ladino Sulaimán (fíjese en los nombrecitos) en el control del Consejo mexicano de Boxeo.

Así mantienen los ladinos el control del país y así tienen de rodillas a la indiada.

Por eso mismo hay tantos jugadores ladinos de fútbol que después acaban de televisos, digamos como Orvañanos, Peláez, Luis García y hasta el exárbitro Brizio. No necesitan (ni tienen) talento de comunicadores (Peláez está en la calle y necesita un transplante de cerebro) porque en todos esos negocios priva la pureza de sangre.

Por eso Zedillo le entregó sonriente la presidencia de México a Fox: La pureza de sangre está primero y los dos son hermanos étnicos. Si el ganador de las elecciones hubiera sido un indio o mestizo, ¡pura madre le entrega el trono! Por eso digo que los perredistas-panistas-priístas son los mismos: La pureza de sangre lo dice.

Y vea también a los charros negros en posiciones de jerarquía en la Iglesia católica: Todos ellos son ladinos. Por eso México está en el pozo de la miseria. Por eso mismo la conquista de México no la extinguirá el pueblo ni con armas ni con votos mientras el pueblo no identifique correctamente a sus verdaderos enemigos: Los ladinos.

Allá quienes crean que al votar por el "cambio" panista lograron algo diferente o positivo para los ciudadanos comunes. Los ladinos están enquistados de a deveras en el Poder y no tienen actualmente intenciones, mucho menos ganas, de perder el control sobre la indiada y sobre el tesoro nacional.

Lo importante entonces es hacer entender al pueblo que racialmente los mestizos son tan mexicanos como los indios. No son ladinos, aunque lo desearan de todo corazón los inocentes. Con decirle que ni aunque sean güeros y tengan los ojitos verdes, amarillos, violetos, azules o rositas, serán ladinos.

¿Por qué no?

Porque checando los principios raciales chinos vemos que la raza le viene al hombre directamente de la madre. O sea, el hijo de un matrimonio racialmente mixto es considerado del mismo tipo racial que su madre, no de su padre aunque sea su vivo retrato. Si la madre es mexicana y el padre es espanhol, el hijo es mestizo mexicano aunque no le guste y aunque arrastre la lengua al hablar como si tuviera caca en la boca. Si la madre es espanhola y el padre es mexicano, entonces debemos considerar al hijo espanhol: Es ladino total.

No hay de otra sopa en este comedor.

De manera que Hernán Cortes, que casó con mexicana, y todos sus soldados, no produjeron más que hijos mexicanos. Los conquistadores no traían mujeres con ellos y aquí ya había suficientes pa' todos, especialmente cuando los conquistadores les daban caña a los maridos indígenas para quedarse con vieja, casa y gallinas. A los hijos de los asesinados los hacían tamales. Y como los perros mexicanos no ladraban, la aclimatación hogareña de los gachupines en su nueva vida mexicana fue completa. Se convirtieron los carajos en fábricas ambulantes de mestizos.

Y como hasta la fecha poco ha cambiado desde los días de Hernán Cortés, 5 millones de habitantes son ladinos-ladinos, y 95 millones de nosotros somos realmente mexicanos (incluidos mestizos). Así está el rollo racial en México aunque no estemos todos de acuerdo en el tema.

Pero para los mestizos que se sientan decepcionados al saber lo anterior, les tengo una fábula china sobre conflictos de falsa identidad que los hará sentirse un poco mejor.

Resulta que un cazador se encontró un venadito abandonado en el bosque, y se lo llevó a su casa. Sus perros bravos lo quisieron devorar inmediatamente, pero el cazador acostumbró a los perros a respetar la vida al venadito, pues si le ladraban les pegaba con un palo. Con el tiempo los feroces perros dejaron en paz al venado y éste hasta jugaba con ellos creyéndolos sus amigos. Los perros babeaban de frustración, pero toleraban la presencia del venadito por miedo a las palizas, pues el amo cuidaba mucho su mascota. El mimado animalito pronto fue incapaz de distinguir lo blanco de lo negro y empezó a imaginarse que era perro, olvidándose de su propia identidad. Tres años después el venado ya habia crecido bastante. Un mal día la mascota encontró la puerta abierta y se salió del corral. Caminando solo por la calle, vio una jauría de perros callejeros y se les acercó para jugar con ellos. Los hambrientos animales vieron al venado exactamente como lo que era, comida, y se le echaron encima para tragarselo. Y ni cuando lo despedazaban vivo los perros entendió el astado que venados y perros no pueden coexistir, pues son enemigos naturales. Nunca entendió que los peores enemigos del venado son precisamente los crueles perros, en los que el confio en vez de correrles. Fin de la fábula.

Bueno, pues en México los crueles ladinos están acostumbrados, entrenados y educados a tragarse a indios y mestizos. El que estos los crean amigos, como el venado a los mastines, es una estupidez. Los ladinos no cometen el mismo error y por eso prosperan.

Hay que enseñar pues a los hijos a que identifiquen ladinos en la televisión, en los periódicos, en la calle, en el gobierno. Así como los ladinos aprenden racismo, así tienen que aprenderlo también los niños mexicanos desde que empiecen a hablar. El fuego ha de combatirse con el fuego. Es cuestión de supervivencia. Ya basta también que los serviles e ignorantes maestros y curas enseñen en las escuelas mexicanas que Espanha es nuestra "madre patria." Esa no es nuestra patria, es la patria de los enemigos jurados de los mexicanos, de los ladinos. Nuestra única patria antes, ahora y después, es México.

Pero para explicar mejor las desventajas de no saber la propia identidad racial en forma más amena, dejemos la política y tomemos ejemplos de fútbol.

Hugo Sánchez está enloquecido con Espanha y lo mexicano se le hace demasiado tercermundista. Nada malo en eso, a cada quien su gusto, pero Hugol se va de la lengua alabándolos en público constantemente, lustrándoles los botines en público a los gachupines. Pero a cambio, solamente en México le han dado equipo para dirigir, pues aunque alucina con que dirigirá al Real Madrid, en Espanha Hugol es un mexicano más. O sea, Hugo está igual de confundido que el venadito. Pero nomás siente la presión racial allá, y ai viene corriendo a tomarse vacaciones en México, entre los tercermundistas que tanto critica. O sea, Hugo es lambiscón, no tarado.

Zague, el jugador del Necaxa, es hijo de madre mexicana y padre brasileño. Es mexicano, pues. Pero el inocente se creyó brasileño y ni español habla bien pues se considera amazónico. Siempre confio ser considerado para jugar con la selección verde-amarilla, y fue hasta muchos años después que despertó de su sueño seductor. Al fin se dio cuenta que solamente en la selección mexicana le permitirían jugar. Personalmente no me caía bien que un jugador que ni siquiera habla la lengua del país, y que además el mismo se considera extranjero, jugara representándome a mi. Me consolaba yo solito diciéndome que Zague en realidad representaba nomás al Multiplicador de Caca y no a los mexicanos.

Y el anterior problema no es exclusivo de mexicanos. Le pasó también a Jordi, el hijo de Cruyff, el legendario futbolista holandés. Resulta que el muchacho es hijo de madre catalana pero se creyó holandés. Y la madre, por ignorancia o por amor, se lo permitió. Técnicamente Jordi juega la pelota como corresponde al hijo de un gran jugador. Pero creativamente no heredó del padre ni un porcentaje decoroso. Jugaba Jordi en el Barcelona únicamente por ser hijo de quien es, pues el padre era el técnico. Por lo mismo le dieron la oportunidad, al cumplir la mayoría de edad, de escoger jugar en la selección holandesa o en la espanhola. Y allí empezó el calvario del chico. Los espanholes saben, por algo han conocido China por siglos, que la raza viene por la madre, y consideraban a Jordi espanhol y nunca dudaron que escogería la selección espanhola. Pero Jordi padecía del mismo síndrome que Zague, y sintiéndose holandés citó a conferencia de prensa para anunciar que jugaría en la selección naranja. Como por arte de magia se acabó (como debía ser) el encanto de los ibéricos con Jordi. De ahí el Barcelona lo vendió al Manchester United inglés, donde su estrepitoso fracaso en la selección de Holanda lo relego al banquillo de suplentes, del cual nunca salio para ser titular. Y por si fuera poco, años después cuando el Barcelona fue a Inglaterra a jugar un juego de la Copa Europea, Jordi sintió nostalgia por sus paisanos y fue a visitarlos al hotel un día antes del juego. Inmediatamente los racistas jugadores del Manchester y la prensa acusaron al muchacho de ser espía catalán y llevarles información a sus paisanos. Esa fue una acusación absurda, pero Jordi sintió finalmente lo que realmente es ser extranjero en otro país. Dejó Inglaterra. Ahora juega en Espanha otra vez, en equipo segundón y suplica ser admitido al menos en la selección catalana, pero ni eso le darán en Espanha pues el mismo se consideró holandés. Merecidamente lo desprecian.

Así que si usted es mestizo, véase al espejo, medite sobre su verdadera identidad racial y hágase el animo a aceptarla. Se sentirá mejor y encontrará que no tiene nada de malo ser mexicano. A pesar de lo que digan los ladinos y en las películas gringas, especialmente las de Disney.

Sobre todo, al no ser ladino no estará incluido en los rituales chinos que le darán palo a los ladinos. Eso es buena suerte, porque la vida vale más que la "pureza de sangre." Y ya vera que nada hay tan grato como saber exactamente quién es usted y quiénes son sus verdaderos hermanos de raza.

JUSTICIA A LA MEXICANA:   Lamentable la muerte de un niño en una manifestación más de las que acostumbran los sinverguenzas líderes de masas en la capital, condonadas por las agachonas autoridades.

Me parece comprensible el enojo popular ante la muerte del pequeño, pero no su forma de desquitarse con el conductor. Y antes que nuestros ignorantes jueces se dispongan a desollar vivo al imprudente muchacho, acuérdense que el vehículo estaba y circulaba por donde debía estar y circular. Son los marchistas los que estaban en el lugar equivocado.

Todo eso es culpa directa de las autoridades, ya que al permitir esa bárbara invasión de calles provocan consecuencias fatales como ésa. Pero es más fácil joder a los ciudadanos víctimas de los plantones que a los compinches en el poder, ¿verdad?

La demostración del salvajismo con que los marchistas golpearon después al conductor es digna de changos en un zoológico. Y como las autoridades tienen la misma mentalidad salvaje, tomaron como natural la reacción de la chusma.

Así vamos bien, así vamos muy bien.

Pero ya lo lamentarán los ladinos cuando la gente canalice esa violencia contra ellos.

#2. La designación de un autoritario militar como titular de la PGR demuestra dos cosas.

La primera es que los militares mexicanos tienen a Fox bien agarrado de los güevos y no cambió nada en el gobierno con la llegada de los panistas. Los militares siguen siendo los gallos del corral.

La segunda es que los militares aseguran su impunidad al poner a un chango verde de Procurador General. (No tienen de otros.) No les bastó con las promesas de impunidad de Fox. Y vaya carita de matón de barrio que se carga este cuate. Se ve que tragaba soldaditos vivos en el desayuno. Además, sabiendo que los ciudadanos nos imaginamos ya de qué se trata, el próximo Procurador se apresuró a prometer que "la PGR no se militarizará." O sea, si se militarizará. Dijo que castigará "la impunidad, la corrupción y toda conducta ilícita que se cometa." Así son los sardos de tarados, es su lenguaje típico.

Deducimos entonces que pendejos no son los generalotes. Matones si, tarugos no. En cambio, Fox es una vil gallina pues permitió que los changos verdes lo asustaran.

¿Cuál "cambio"?

METAFÍSICA:   Con los países sucede igual que con las personas: Los hay con buena suerte y los hay con mala suerte. México es país con mala suerte porque es botín de curas, de militares, de políticos y de gobernantes. Ya se acostumbraron a pisotear indios y ahora ni aunque les rompan el hocico dejarán la maña. Los ladinos tienen al país hundido con robos al pueblo y también con rituales de magia negra para calmar a los descontentos.

Solamente los rituales chinos pueden arrodillarlos frente a nosotros.

ESTRATEGIA MILITAR:   Las tácticas militares son como los movimientos de ajedrez, donde toda victoria por pequeña que parezca cuenta, y una de ellas puede producir la victoria total.

Por eso los rituales chinos son letales: No se sabe cual de las personas incluidas en la petición del ritual será la causa final de el resquebrajamiento del gobierno, grupo o ejército enemigo. Muchas veces la parte del enemigo que parece más vulnerable es la más sólida y su parte más fuerte pudiera ser la más débil.

Por eso hay que aprender a observar paciente y correctamente las tácticas y métodos del enemigo, para primero descubrir sus planes y luego desbaratárselos con peticiones y estrategia.


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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